domingo, 19 de enero de 2014

¿Cuantos tenemos que ser?

El último censo, recientemente publicado, revela que los habitantes de España y sus autonomías somos ya 47.129.783.

Supongo que a estas horas ya estaremos cerca de los 47 millones cinto treinta mil. Porque aunque no tengan hijos más que los indio-americanos y los magrebíes, como estos se dan una prisa desconcertante, vamos a toda velocidad hacia los cincuenta millones.

Contra toda evidencia, los autores de las piezas periodísticas extraídas de la lectura del informe del censo llegan a dos conclusiones desconcertantes: la primera es que vamos a menos población y a tal efecto se dice que en 2020 seremos solo 45 millones. La segunda es que los extranjeros se están marchando.

Al parecer los autores de esas piezas o los que las han inspirado, no salen a la calle ni viajan en el metro, Y eso que el colectivo mayor entre los inmigrantes, el rumano, es indistinguible de los españoles excepto en lo que se refiere a la minoría gitana, tan presente en las aceras madrileñas.

Dado que los gitanos no estarán censados, por tanto los rumanos no cuentan como "extranjeros" porque no se los nota.

Así que los que llenan el metro y barrios enteros de Madrid pertenecen a otros colectivos que no parecen ciertamente "menguar". Más bien parecen crecer a toda velocidad

En Madrid los habitantes extranjeros son mas del 20%, una cifra llamativa que en otros países causaría gran alarma social, pero que aquí a nadie le importa un pepino. Aquí todo nos parece normal. Y eso que hemos llegado hasta aquí en menos de diez años. Algo que no se ha producido en ningún lugar del mundo conocido desde las "invasiones bárbaras" del siglo V.

Solo en la Comunidad de Madrid hay más rumanos que en toda Alemania. ¿A que se dedican?

Mientras son los hijos de la clase media española los que se marchan a miles a otros países y son pocas las familias que no han sufrido "bajas" en esta guerra.

Se va gente preparada y llegan personas con nula preparación. ¿Vamos a un futuro de país subdesarrollado?

Dado que no los podremos emplear en la agricultura ni tampoco en la construcción. ¿Que vamos a hacer con estas legiones de iletrados y perceptores de recursos públicos?

Cuando escucho a los que defienden el crecimiento poblacional como solución al pago futuro de las pensiones, me pregunto, ¿no sería mejor asegurar su pago con una población menor pero haciendo trabajos de mayor valor añadido?

¿Como vamos a asegurar las pensiones a base de infra-salarios como los que cobran los indio-americanos y los magrebíes?

Y encima tenemos que pagar los servicios médicos de los británicos jubilados, que son el segundo contingente de extranjeros en España con medio millón de almas pacíficamente instaladas en la costa.

Cuando lo catalanes y los vascos nos abandonen, ¿vamos a pagarlo todo desde Madrid?      

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