Ayer tuve ocasión de leer la carta anual que prepara la Fundación Bill y Melinda Gates, y que este año se refiere a los mitos que según ellos entorpecen su misión. (La misión de salvar al mundo de la pobreza y la enfermedad).
La verdad es que yo pensaba que mis observaciones sobre los efectos perversos de la acción de las ONGs, en Africa y otras zonas del tercer mundo, eran solamente fruto de mis desvarios, pero si los Gates se han tomado la molestia de refutar esta teoría es que no soy yo solo quien piensa así.
La verdad es que yo no dispongo de una avalancha de datos y me fio simplemente de mi capacidad de observación y de atar cabos para deducir que la prolongada acción de tantas organizaciones humanitarias sobre unas poblaciones en las que reina el pensamiento primitivo, está provocando un aumento desmesurado de la población.
Cuando se incentiva la natalidad a través del cuidado a embarazadas y a los niños, no nos puede extrañar que lo que se obtenga es lo que se ve en cualquier imagen de estos países: una oleada de niños.
Lo que cuenta Gates de que las mujeres tienen menos hijos cuando se les mueren menos hijos, es sencillamente delirante. Mi abuela tuvo nueve hijos de los que se le murieron tres. Pero mi abuela solo tuvo nueve hijos porque solo tuvo nueve embarazos. Tanto da que se le murieran tres como que no se le hubiese muerto ninguno.
En el tercer mundo las mujeres comienzan a tener hijos muy temprano y suelen parar porque sus maridos las abandonan por otras más jóvenes. El problema es que estas mujeres, como le sucedía a mi abuela, no saben controlar la natalidad.
Las mujeres dejan de tener hijos cuando aprenden a controlar el mecanismo de la reproducción y cuando aprenden a independizarse de la voluntad de los varones. Eso es lo que ha pasado en Occidente y lo que terminará pasando en todas partes...dentro de mucho años. (Siempre que las religiones lo permitan).
Otra afirmación delirante de Gates es la de que en el mundo cada vez estamos mejor.
Los que creen en la estadística por encima de la observación dicen eso, seguramente porque están convencidos de que si ellos se comen veinte mil pollos cada día, hay veinte mil personas que se comen un pollo. Pero no es así.
Es cierto que en el mundo hay cada vez más riqueza, (porque eso es precisamente lo que ha conseguido la revolución conservadora), pero esa riqueza está muy mal distribuida.
La prueba es el señor Gates, que es más rico que nadie...en la historia de la humanidad.
Mas rico que Nabudoconosor. Más rico que Ramses II. Más rico que Creso y Cesar al mismo tiempo.
Si Bill Gates quisiera podría no ya construirse un palacio en Babilonia, sino las tres pirámides de Gizeh y el templo de Abú Simbel y el Circo Máximo.
Pero decir que se está erradicando la pobreza a la vista de las crecientes villa miseria que rodean todas las grandes ciudades incluida Madrid, es un sarcasmo.
La prueba de que el optimismo de los Gates es exagerado es que los niños nacidos en los hospitales de las ONGs están detrás de la valla de Melilla esperando para saltar al otro lado al coste que sea.
viernes, 24 de enero de 2014
Mitos sobre el progreso
Publicado por Antonio Cordón a las 17:06
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1 comentario:
Me cuesta estar de acuerdo con el texto... La cuestión es que todos los argumentos que he visto "soportando" estas opiniones se basan en "lo que se ve por la calle", "mi percepción", etc. Mientras que todo lo que he leído defendiendo la postura de Gates se basa en datos y cifras, un posicionamiento empírico que me convence más, aunque admito que de primeras era también de la opinión que transmite el ojo en el día a día.
Haría falta un texto mucho más largo para refutar lo que dices (o volver a leerse la carta de Gates), pero precisamente ellos hablan no sólo de mantener con vida a los hijos, sino de educación y conocimiento de medios de control familiar. No se trata de que una señora pase de tener 9 hijos a 3, sino de que su hija tenga 2, como pasó de tu abuela a tu madre. Eso se logra en una generación (como mínimo), no en 10 años.
Y en cuanto a que el mundo va cada vez mejor, tengo pocas dudas al respecto. Si pudieses elegir entre echar una lotería para nacer entre los 1.000 millones de habitantes de hace 200 años o los 7.000 millones de ahora, yo me decanto claramente por la segunda opción. No sólo por las probabilidades de nacer en unas condiciones sociales u otras, sino por los avances de la sociedad.
Que Bill Gates es riquísimo, no lo duda nadie. Que la marea ha subido para todos, los datos también lo corroboran.
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