jueves, 3 de abril de 2014

España no es una nación. (I)

Aburrido de los mensajes que nacionalistas catalanes y todos los demás se cruzan en un interminable dialogo de sordos, y animado por Pérez Reverte y su Historia de España, me atrevo a esbozar algunas cuestiones que pueden servir para enmarcar este tema.

Lo primero es entender que se entiende con el término "nación".

Hay dos versiones. La primera es la que afirma que una nación existe si la Constitución lo dice. En ese sentido España es una nación desde la Constitución de 1812.

La segunda, y mas cercana a la realidad, es la que dice que una nación es un grupo de personas que tienen un mismo origen étnico, (tribal), comparten una cultura y unas creencias, hablan un mismo idioma, y tienen conciencia de ser diferentes de los demás.

En la primera de las versiones, nación tiene que ver con las gentes que habitan un territorio y constituyen una entidad política. En la segunda, no tiene porqué haber un territorio ni una entidad política.

Por ejemplo los kurdos constituyen una nación que vive en un territorio de fronteras indefinidas y no constituyen una entidad política. Por ejemplo los sioux son una nación vivan en las praderas libremente o en una reserva.

Otras naciones notorias son los húngaros, los finlandeses, los daneses, los islandeses, los checos y un largo etc., cuya entidad sociológica precedió a su existencia como país y a la disponibilidad de un territorio definido.

Otro ejemplo notorio son los alemanes, que se consideran nación aunque históricamente hayan estado repartidos en diferentes estados, como hoy sucede con Alemania y Austria.

O los diferentes pueblos que estuvieron sometidos al imperio otomano, y que exigieron un territorio al final de la I Guerra Mundial.

Ese no es el caso de España.

En realidad España es un territorio, y en nuestro caso es el territorio el que precede a la nación y no al contrario.

Nunca ha habido unas gentes que se consideren españoles al margen de vivir en este territorio.

Los españoles no somos una tribu que llegase de las estepas con sus dioses y su lengua y se instalase en la península como se podían haber instalado en otra parte.

Nosotros tenemos otra génesis, y ese proceso es el que hay que entender para dejar de decir tonterías y poder empezar a hablar sin tener que acudir tercamente, los unos a acontecimientos históricos tergiversados, y los otros a la ley, como si esta hubiese venido de lo alto del Sinaí y no del trapicheo de unos señores con nombre y apellidos.

Podemos decir que nuestro concepto de nación es más moderno y más correcto, pero a la vista de lo que sucede desde hace cientos de años, (esto no es de ahora), tenemos que convenir que mientras que para un sueco o para un serbio, su nacionalidad no es discutible, para muchos españoles si que lo es.

A lo largo de los siguientes capítulos intentaré explicar porqué.

    

 

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