viernes, 25 de abril de 2014

La creciente desigualdad

Voy a interrumpir la serie de la Historia de España, cuyo solo fin es el de ayudar a comprender nuestro difícil tránsito hacia un estado moderno, para tratar otros temas que surgen cada día y que son merecedores de ser glosados en La Jungla.

Daría para una entrada sola la cuestión de las discusiones para introducir cambios en la gobernanza de Internet, y lo haré en breve. Igualmente creo que es muy interesante el reciente acuerdo entre las dos facciones palestinas, la que subvenciona Irán y la que subvencionamos nosotros. Un asunto oscuro que tiene que ver con el realineamiento de los actores en Oriente Medio tras los acuerdos USA-Irán. Y hay otros asuntos interesantes como el rearme japonés, la crisis ucraniana, la desaparición de Nokia, etc.

Pero hoy me gustaría referirme a un libro que se ha publicado recientemente y que está provocando debate en aquellos lugares en los que se debate: se titula "La riqueza en el siglo XXI" y está escrito por un profesor de la London Schol of Economics, llamado Thomas Piketty.

El libro parte de análisis de lo que está sucediendo, y tras descartar hacer como hiciese Marx una predicción del futuro en relación con el presente analizado, si que hace un relato de las situaciones históricas precedentes en las que se puede ver como situaciones semejantes condujeron a desarrollos mas o menos previsibles.

Piketty habla de la diferente evolución de las dos variables Retorno (R), y Crecimiento (G), a lo largo del tiempo, explicando que en situaciones de sociedades aristocráticas, R siempre es superior a G, puesto que es necesario que sea así para vivir de las rentas, y que cuando G es superior a R, es cuando se produce una mayor distribución de las rentas y cuando se crean las clases medias.

Y a continuación dice que hoy estamos volviendo a la situación del siglo XIX, en que R vuelve a ser mayor que G, y los que disponen de capital pueden incrementarlo hasta límites hasta ahora desconocidos.

Y da el siguiente dato: en USA hoy la distribución de la riqueza responde a un esquema en el que el 50% de la población solo recibe el 2% de la renta total, el 40%, la clase media, recibe el 23%. Y el 10% restante recibe nada menos que el 75%.

Esto no solo produce las desigualdades que vemos tan claramente, sino que hace que el dinero se dedique más a la búsqueda de rentas que a la producción y el desarrollo.

O sea que estamos volviendo a la aristocracia.

No es difícil deducir que ese retorno nos devuelve también al descontento y a los posibles procesos de descontrol social que hoy en Europa están contenidos por los mecanismos del Estado de Bienestar.

La cuestión es que esos mecanismos se ven amenazados precisamente por la disminución de las rentas de la clase media, que no puede pagar el nivel de impuestos necesarios, y por la ausencia de las rentas altas en la contribución a esos mecanismos.

Piketty habla de impuestos para esas grandes rentas, pero ya sabemos que eso es más que imposible.

No obstante, el problema de los sistemas de distribución de rentas será en los próximos años uno de los más acuciantes, junto con las crisis de la energía, el cambio climático y los reajustes geopolíticos.

En un momento en el que arrecian las ofensivas contra el sistema de pensiones, la sanidad pública, y otras cuestiones en la idea, real por cierto, de que no hay dinero para pagarlos, merece la pena tratar de vislumbrar el mundo a que nos abocan esas decisiones.  

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