miércoles, 18 de febrero de 2015

Ciudadanos y Ciutatans

Había desde hacía meses una efervescencia en torno a la figura de Albert Rivera y su movimiento/partido Ciudadanos entre los círculos "liberales" de la villa y corte.

Dado el fracaso sin paliativos de las opciones liberales en las elecciones europeas (como VOX), el partido de Rivera se fue consolidando como la única salida para estos colectivos que no se resignan a tener al PP como única posibilidad.

Recordemos que para los liberales la cuestión de los impuestos es el eje central de la vida pública y la actitud del actual PP de Rajoy y de su ministro de Hacienda Montoro ha supuesto una enorme decepción.

La cuestión es cuanta gente considera que sería deseable un gobierno que interviniese menos en la esfera de lo privado, en un país en el que lo que predomina es precisamente la gente que considera que el gobierno tiene que resolver la mayoría de las cuestiones más personales.

Si en España la mayoría, de izquierdas o derechas, considera que el estado tiene que resolver la sanidad, la educación, la vivienda, las pensiones, el desempleo, la investigación y el cuidado de mayores y discapacitados, ¿Qué espacio queda para una opción liberal?

Se ha traído Rivera de EEUU a Luis Garicano que es el economista de moda, para confeccionar el programa  de Ciudadanos y supongo que será un programa esmerado.

Habla de reducir el máximo IRPF al 30% lo que parece una entelequia en un país con un déficit que no baja ni a tiros y cuya deuda alcanza ya casi el 100% del PIB.

Habla de reducir la desigualdad salarial, lo que está muy bien pero no está en la mano de ningún gobierno.

Habla de complementar el salario mínimo con una aportación del Estado lo que teóricamente beneficiaría el consumo pero no es realizable porque la mayoría de los empresarios lo utilizaría para reducir sus costes laborales transfiriéndolos a las arcas públicas.

Habla de mejorar el sistema educativo, lo que es desde luego imprescindible pero ya sabemos que inviable porque habría que cerrar la mayor parte de las universidades   y revocar la autonomía de esas entidades.

Es decir, que aunque todos entendemos que la música es la que debería ser, la letra no tiene ninguna viabilidad.

En el mejor de los casos tal vez podría llevarse a cabo una mejora de los procedimientos de transparencia, lo que es igualmente necesario pero muy difícil de implantar por las resistencias de los mecanismos corporativos de todos los estamentos de la clase política.

Al final a lo mejor de lo que se trata es de tender un puente entre Cataluña y España ya que la desaparición del PSC ha dejado la vertebración política del Estado en situación muy delicada toda vez que el PP nunca se ha comido una rosca en el principado por su supuesta vesanía centralista y madrileñista.

Si es así puede que sea una idea aceptable aunque no sea esta la primera vez que se intenta.

La anterior fue la "operación reformista" de Miguel Roca con dinero de La Caixa y que terminó en sonoro batacazo. (También tuvo una presentación muy exitosa en Madrid -yo estuve allí- y luego nadie les votó).

Deberíamos reconocer que a los catalanes no les gustamos pero ellos a nosotros tampoco, y todo lo que viene de allende el Ebro nos parece sospechoso.

Pero teóricamente existe o debería existir una opción electoral para aquellas personas que no quieren votar a los oenegeros del PSOE, los anarquistas de Podemos, los comunistas jubilados de IU, los todavía-no-sabemos-qué de UPyD, y la oligarquía reaccionaria y chupóptera-caciquil del PP.

En las próximas semanas veremos como trata la prensa pepera a estos muchachos.

Así sabremos cuanto les inquieta.

Yo creo que poco o nada.

 



  

1 comentario:

El Abuelo dijo...

¿De dónde sacas que Vox es un partido liberal...? Que liberal no significa "de derechas" ni sólo y exclusivamente que la economía esté poco regulada. Ni Vox ni el PP son partidos liberales: no sólo porque en lo económico no promueven exactamente la liberalización del mercado, sino sobre todo porque en lo social e ideológico son partidos con una impronta clerical. Un saludo