viernes, 12 de agosto de 2011

Curar los síntomas...

...no es curar la enfermedad.

Y eso es lo que intentan los gobiernos europeos en este agosto de 2011, en que parece que nos estamos acercando a un abismo, (en todas partes menos en España donde seguimos en la playa).

Estas medidas de prohibir las compras a corto en los mercados bursátiles, son tan inútiles como intentar parar un tsunami con un paraguas, y las de contratar expertos americanos para luchar contra las bandas resultan igualmente risibles.

Después de haber liquidado la industria europea, de haber transferido todas las fábricas a China, de haber dado a los bancos todo el poder, y a los fondos de pensiones privados la capacidad de destruir la economía de un país, después de haber puesto en circulación trillones de dólares y euros para "engrasar" las transacciones, después de haber consagrado un modelo de consumo basado en comprar cinco televisores baratos en lugar de uno caro, después de haber dejado que el petróleo cayera en manos de un trust y subiese su precio desde 1 dolar el barril a 150, y después de tantas barbaridades, ahora queremos parar al monstruo poniendo caritas serias.

Vivimos en un mundo absolutamente insostenible.

Ni podemos mantener el sistema de protección social ni podemos emplear a tanta gente.

Ni podemos mantener los niveles de consumo actuales sin destruir el planeta ni tampoco reducirlos y generar un crash apocalíptico.

No podemos reducir el crecimiento de una población que carece de cualquier posibilidad de integración.

No podemos mantener a la creciente población pasiva, viejos, enfermos, parados, emigrantes, mendigos...

Y una vez que la deuda ha aniquilado las posibilidades de seguir comprando a crédito, no podemos comprar bienes duraderos con la mierda de sueldos que se pagan en la "economía de servicios".

Las reuniones constantes de los políticos europeos resultan contraproducentes ya que transmiten la imagen de que no tienen ni idea de como enfrentarse al caos creciente.

Y cada día asistimos a una nueva serie de medidas que tratan de paliar los síntomas de la enfermedad.

Es un dilema entre la visión darwinista y nietschiana, y la visión compasiva y racionalista.

Muy interesante para la especulación y la tertulia.

Pero en las calles crece el descontento y la impaciencia.

No hay comentarios: