Estos días están saliendo a relucir las trapisondas de los griegos..., y también de paso de todos los pobres de la Europa "unida": los andaluces y extremeños, los sicilianos y napolitanos, los alentejanos, los irlandeses, y así.
Efectivamente, en estos años, la búsqueda de la igualdad ha llevado a numerosas estrategias de "reparto" de la riqueza, que siempre ha comenzado por un intento de desarrollo y después ha desembocado en subvenciones, empleos imaginarios, servicios innecesarios, y legiones de empleados públicos.
Y es que es fácil, o mas o menos fácil, desarrollar la economía cuando las redes de la riqueza están cerca, pero muy difícil cuando se vive en la periferia.
En la periferia todo es mas difícil, y sencillamente no hay empleos "reales" para tanta gente.
Por eso son zonas de fuerte emigración.
El problema es cuando las corrientes migratorias se detienen.
Pero lo central es que cuando estás lejos de las corrientes de nutrientes comerciales y financieros estás penalizado.
Hay que recordar que las mismas regiones que hoy son consideradas pobres y gravosas, fueron un día centro de la civilización.
¿Porqué ahora no lo son?
Pues porque la oleada de la conquista musulmana rompió la unidad de mercado del mediterráneo, y donde había rutas comerciales se interpuso una frontera brutal que quinientos años mas tarde todavía se mantiene.
Egipto que era el granero de Roma es un vertedero.
Grecia que era madre del comercio es un lugar de jubilación de alemanes.
Italia que era la metrópoli es pasto de la economía "informal".
Solo Irlanda es lo mismo que era: un pedregal azotado por vientos helados.
Que todos estos lugares hayan vivido un enorme cambio social ha sido consecuencia del mismo sistema del que ahora decimos que es inviable e insostenible.
Porque es imposible, dadas las circunstancias del Mediterráneo, que esas zonas puedan desarrollar economía capaces de integrar a la mayoría de sus habitantes.
Si se eliminan los subsidios y los trabajos "fantasma", esas zonas volverán a donde estaban en los años cincuenta del pasado siglo, o sea, a la extrema desigualdad, y al subdesarrollo.
A los negocios de siempre: la hostelería y la agricultura.
Está muy bien que "racionalicemos" la economía y paguemos las deudas, pero por favor no caigamos en la bobaliconería de creernos que los que han dirigido los países estos años eran débiles mentales.
Está muy bien criticar a los pobres andaluces y griegos desde Baviera o Lombardía, pero ya me gustaría ver a los muy honorables milaneses o muniqueses si se las tuviesen que entender con los marroquies o los turcos.
De acuerdo: se ha abusado mucho, pero ¿queremos volver a las Hurdes?
martes, 13 de septiembre de 2011
Las culpas de los pobres
Publicado por Antonio Cordón a las 18:51
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