martes, 6 de diciembre de 2011

Costitución

Hoy es el día de la Constitución, y a pesar de que es festivo, en los territorios nacionalistas no se celebra, porque hablamos de la Constitución Española.

Dice Bono que hay que atreverse a gritar ¡Viva España! con naturalidad.

A mi me gustaría, de verdad que si, pero cada vez que lo intento veo en mi cabeza a aquellos prohombres del franquismo gritar ese pronunciamiento con aquellas voces histéricas e histriónicas y aquellos bigotillos y aquellas brillantinas, y la verdad es que se me atraganta y no puedo hacerlo.

Es que fueron cuarenta años de plomo. Lo siento.

Quiero acordarme de la Constitución de Cádiz, y de aquellos liberales españoles que la diseñaron con toda su mejor voluntad apelando a los españoles de uno y otro lado del océano, y de como los oscuros propósitos de los de siempre, (Iglesia, aristocracia y populacho), ya maquinaban desde el comienzo para poner fin a cualquier veleidad de libertad y progreso. (Hay que leer a Perez Galdós).

Y luego quiero acordarme hoy de todos los hombres y mujeres que a lo largo del siglo XIX y el primer tercio del XX se entregaron a la causa de una España moderna y civilizada.

Desde Floridablanca a Azaña, ¡cuanto esfuerzo y sacrificio!

Y siempre las fuerzas negras triunfantes. Y siempre el camino del exilio o de la tumba para los disidentes.

Hoy es un día para leer a Jovellanos y Blanco White.

O a Galdós, o a Chaves Nogales.

Para recordar que siempre ha habido en nuestro país gente digna y con conocimiento.

Que hay un camino en medio de los de la porra y la sacristía y los de la cheka y la barbarie.

Me gustaría que pudiesemos gritar ¡Viva España! pensando en todos los perdedores de nuestra historia.

Y que pudiesemos conservar la cordura en esta travesia actúal que nos conduce hacia un futuro en que no ya España sino la propia Europa comienza a ser irrelevante ya que los desafios son tan enormes y globales que mas que pensar en una constitución española tendríamos que empezar a pensar en una Constitución Mundial.

Vamos a ver de momento que nos proponen Merkel y Sarkozy.

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