Ya se sabe que en España abundan los empresarios.
No hay mas que abrir las páginas de cualquier revista del corazón para ver que los que antaño hubiesen sido denominados "señoritos", en la actualidad son "empresarios.
Sobre todo se extiende esta plaga por los ambientes aristocráticos, donde no hay hijo o hija de sus papás que no exiba impudicamente sus mansiones, estudios en el extranjero, viajes y devaneos, acompañados por el manto protector de su supuesta condición de empresarios.
Algunos se dedican a montar tiendas de objetos de lujo, otros preparan "caterings" se supone que para darse de comer entre ellos, y otros transforman sus heredades en hoteles con encanto.
Finalmente otros, los mejor situados, se dedican a dar sablazos a empresas e instituciones, bajo la inocente apariencia de "hacer relaciones públicas".
Así, te puedes encontrar con hijas de banquero que te venden corbatas de empresa, hermanos de cuñados de parientes de la familia real que te venden patrocinios para aventuras "deportivas", y amigos de "quien tu ya sabes", que te venden participaciones en operaciones para agradar a "quien tu ya sabes".
Si eres de la familia de "quien tu ya sabes", entonces la fuerza de atracción de tus propuestas es irresistible.
¿Quien puede negarse a complacer a "quien tu ya sabes"?
Así que el amigo Iñaqui, con su título de ADE recién obtenido, y siendo deportista reconocido y yerno real, se dijo en un momento de inspiración: ¿por qué no monto una empresa?
¿Y a que me dedico? ¿Cual será mi modelo de negocio?
¡Ah, si!
Voy a montar una asesoría para desarrollar proyectos institucionales de apoyo al deporte y el turismo, para que aquellas empresas que deseen aprovechar mi experiencia en la materia, puedan ganar prestigio y reconocimiento de marca.
Para que esos dinerillos que se gastan tontamente en Responsabilidad Social Corporativa y otras nimiedades encuentren un lugar adecuado.
Como le parecía que una empresa tendría que entrar en engorrosos trámites con hacienda, y que una fundación tendría que tener un patronato, alguien le sugirió crear un instituto, que es una cosa todavía mas sofisticada.
Armado de instituto, y cartera de empresario, se fué a donde había pasta, o sea a las autonomías y ayuntamientos, y allí vió que la cosa colaba.
En Mallorca, el presidente Matas estaba que no cabía en si de gozo.
El mismísimo yernísimo, le proponía entrar en negocios que le permitirían entrar en el selecto grupo de los que rodean a la Casa Real. Y total por un par de millones de euros del presupuesto insondable de la autonomía balear.
¡Barra libre para Iñaki!
¡Que no falte de nada!
Que mas daba si el asesoramiento eran cuatro folios copiados de wikipedia. Que si el evento terminaba por no celebrarse.
Y el empresario Urdangarín cobraba del Instituto, despues de que el Instituto cobrase de la institución.
Y después se ponía el dinero a buen recaudo.
Cuando las cosas empezaron a ponerse feas, alguien llamó a Telefónica y le susurró que "quien tu ya sabes" desearía que el empresario Urdangarín se alejase del país, y rápidamente se le hizo un hueco en Washington, ¡o donde haga falta!
¿Cuanto dinero ha hecho el amigo Iñaqui en estos años?
¿Por qué a un profesional de las RRII le pagan tres mil euros por lo que a Urdangarín le pagaban tres millones?
¿Por qué calla tanta gente cuando alguien viene a pedir cosas en nombre de "quien tu ya sabes", y no digo yo que sea con su conocimiento?
¿Por qué tanta gente lee revistas del corazón y rie las gracias de estos "empresarios"?
¿Por qué la Casa Real no detectó a tiempo que el enriquecimiento súbito de Urdangarín no podía ser limpio?
¿Por qué hay tanto sinvergüenza en nuestro país?
lunes, 12 de diciembre de 2011
El "empresario" Urdangarín
Publicado por Antonio Cordón a las 17:12
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