jueves, 23 de mayo de 2013

Lo que asoma tras el bigote

De Aznar se pueden decir muchas cosas, pero ninguna como que sea tonto o que no tenga una mente estratégica.

Aznar planifica con tiempo y siguiendo un plan.

Por eso sus declaraciones tienen que ser analizadas no de acuerdo a su impacto en la realidad inmediata, sino segun a donde apuntan en el futuro.

Y en este sentido yo no creo que apunten a disputar a Rajoy la presidencia del gobierno en la próxima legislatura.

Todos los comentarios van por ahí, pero creo que minusvaloran al personaje.

Vivimos desde hace meses, o incluso años, una campaña antimonárquica, cuyos dos ejes principales pasan por Pedro Ramirez y por Federico Jimenez.

El caso Urdangarín ha dado a estos dos Robespierres la munición que necesitaban para disparar con capacidad de daño a los murallones de los Borbones, que también van desarrollando una estrategia de abandonar a sus peones más dañados, según la cosa se vaya poniendo fea, para salvaguardar el último bastión que es el Príncipe Felipe.

Pero no puede descartarse que el deterioro de la institución siga su curso imparable y sobrepase la línea de defensa de la monarquía.

En ese punto estariamos ante un periodo constituyente, en el que la única salida sería la Tercera República.

A eso es a lo que apunta José María Aznar.

Y para eso se está posicionando.

Porque a pesar de que algunos ingénuos creen que la república es una forma de estado de "izquierdas", en realidad puede ser mucho más de derechas que la monarquía que, al menos en su formulación juancarlista, ha intentado mantener un equilibrio entre derechas e izquierdas que no ha gustado nada a nuestra derecha más rancia.

Si se plantea una Tercera República, Aznar tiene muchas posibilidades de convertirse en el sucesor de Don Manuel Azaña, de quien siempre se ha manifestado ferviente admirador.

Esta es una historia que se irá desarrollando por lo bajinis, pero que está activa y es militante.

Atentos a los movimientos.

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