Lo que nos faltaba para envenenar aún más las relaciones catalano-españolas es la imputación a Lionel Messi por no declarar a Hacienda unos milloncejos de nada.
Al tiempo que retiran a Jordi Pujol la tarjeta de la Seguridad Social por ganar más de cien mil euros anuales, y que Artur Mas recibe recados de no seguir por la senda de la insumisión o más papeles y noticias aparecerán sobre los negocios familiares del "avi", lo de Messi es una puñalada trapera de Montoro, que se ve que no respeta los símbolos de la catalanidad.
Por otra parte un contable suizo dice a la policia que si enseña la carpeta de los informes sobre transacciones de españoles "hunde España", y se revela que Miguel Blesa compró un chalet en Miami para celebrar "fiestas".
Desde luego a este paso vamos a descubrir que estos años pasados fueron para España como el reinado de Nerón en Roma, y han terminado del mismo modo, es decir con un gran incendio. (El nuestro virtual).
Aquí no ha faltado de nada: ricos y aristócratas sacando dinero de los chinos a Suiza, estafas gigantescas a la población, yernos del Rey dando sablazos a las administraciones públicas, alcaldes constructores a patadas, notables políticos con sobresueldos y viajes gratis a Disneylandia, muchos más chalets y coches de lujo de lo que se puede justificar con los sueldos que se han cobrado, y así hasta la saciedad.
Y ahora lo de Messi.
¿Será que Montoro quiere resucitar la liga española que esta temporada que viene se va a parecer muchísimo a la de Irlanda del Norte, o la de Noruega?
¿Será esto parte del pacto para hacer atractiva la compra por Murdoch de Canal Plus y sus derechos futbolísticos?
¿Será una incitación a la rebelión de los catalanistas de forma que un ambiente insurreccional en España devuelva los flujos turísticos a Turquía y el norte de Africa?
Y a todo esto las bolsas mundiales se hunden (otra vez), y se dispara el pesimismo en todas partes, menos en el Gobierno Español que está que se sale. ¿Será por lo de Messi?
Y nos bajan las pensiones si o si en base a que no nos morimos ni a tiros.
Para mi que todo es una conspiración para que nos suicidemos en masa.
Lo que pasa es que despues de tanta mala noticia nuestra reacción comienza a ser la del filósofo estoico que dice ante el apocalipsis: ¡si ya decía yo que esto no podía durar!
(Y sigue comiendo nueces).
jueves, 13 de junio de 2013
Las guerras de Hacienda
Publicado por Antonio Cordón a las 11:43
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