martes, 18 de junio de 2013

Obama y Putin se ponen mala cara

Para Obama debe ser un mal trago dejar de ser el líder espiritual de occidente y pasar a ser simplemente otro presidente de los USA mucho más pendiente de sus asuntos internos que de la paz en el mundo.

Putin no tiene ese problema. Es un autócrata acostumbrado a mandar y a ser obedecido, donde la clase política es una corte más que un sistema democrático.

Y Rusia va también a defender sus intereses. Y esos intereses pasan por el Mediterráneo desde los tiempos del empuje imperialista. Y Siria es el único puerto mediterráneo abierto a la flota rusa.

Y a Obama se le vé el plumero.

Cuando habla de paz ya no le cree ni el mas devoto de los noruegos que le dieron el Premio Nóbel.

Si: Irán es un problema, pero ¿quien se pone a desarmar a los ayatolahs en un mundo en el que la recuperación económica depende de que retorne la confianza a medio plazo?

Y encima le salen ahora con que los espias de la CIA se meten en las reuniones internacionales y vigilan hasta los chistes que contaba Zapatero en la cumbre del G20.

Y cuando Obama dice que es por el bien de todos, repito, es que no le cree ni el más ingénuo.

Ahora que se empieza a hablar de OPAs norteamericanas sobre empresas europeas, y con Telefónica tenemos un aperitivo, ¿quien nos dice que se trata de operaciones comerciales y no parte de estrategias de dominio mundial de las telecomunicaciones para disponer de una base que se extienda por todos los continentes, y por media humanidad?

Si ya nos espían a distancia, ¿que serían capaces de hacer caso de apoderarse de la red española de telecomunicaciones?

Tanto en el asunto del espionaje como en el de la liberalización de los antíguos "utilities", los europeos hemos demostrado dos cosas:

La primera es que después de la Primera Guerra Mundial y su colofón del 39 al 45, Europa no es más que un gran geriatrico, que ha perdido completamente el poder y la capacidad de ser independiente.

La segunda que somos incapaces de defender incluso las cosas que nos son más necesarias.

Con los británicos de caballos de Troya, y los nórdicos que miran más a Washington que a Bruselas, no vamos a ninguna parte.

Resulta patético que los de Bruselas digan ahora que tenemos que recuperar la industria.

Lo primero que tendríamos que hacer es decidir que queremos hacer y lo segundo hacerlo.

Pero me temo que lo único que haremos es observar como Obama y Putin se miran de reojo y hacer colectas en la calle para los refugiados sirios.

Pero esto del espionaje todavía nos tiene que deparar algunas sorpresas.

El único consuelo que nos queda es saber que cuando espien a Rajoy les pasará como a nosotros, o sea que no consegirán enterarse de nada. 

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