miércoles, 20 de noviembre de 2013

Dos años de penitencia

Ya se sabe que tras el pecado viene la contrición y la penitencia, y en el caso de nuestro país, tras los ocho años de pecado zapatista tenía que venir una fuerte penitencia.

Y le ha tocado a Mariano Rajoy, que seguramente es una persona bastante adecuada para el flagelo y el ayuno y abstinencia.

Estos días andamos de confesiones como las de Solbes, que dice que ya le advirtió a Zapatitos pero que el "genio leonés" no le hizo caso. Elena Salgado, que vino a continuación, ha puesto tierra de por medio, lo que es sensato y conveniente para ella, y el propio Zapatiestas hace apariciones fantasmales, ectoplasmáticas podríamos decir, para que veamos que está dispuesto a "dar la cara", aunque francamente no creo que a estas alturas se haya enterado de todos los pollos que montó, aunque el de dejarnos en la ruina no está nada mal.

Rajoy llegó al poder con un programa mas falso que los duros de plomo, montado sobre la mentira de que el déficit era la mitad del que realmente era, y ya sabían los peperos que no era así y que no se podría hacer nada de lo que se estaba prometiendo.

Pero como en España somos así, y preferimos que nos mientan y nos engañen y jamás se le piden cuentas a ningún gobernante, pues ahí sigue el amigo Mariano, aplicando con delicadeza la agenda de Bruselas y barriendo los subsidios y los servicios públicos para reducir un déficit que se resiste.

Su política de comunicación es cansina: ya estamos saliendo de la crisis, pronto veremos resultados de  los cambios estructurales, hay que hacer sacrificios.

A los nacionalistas les aburre: no vamos a hacer nada.

A los de Bruselas también: ya estamos haciendo los deberes.

A la ciudadanía tres cuartos de lo mismo: paciencia.

Después de los delirios Zapateristas de que ya estábamos en la "champions league", un poco de humildad tampoco viene mal.

Yo no se si podríamos haber tenido un mejor gobierno estos dos años, pero la verdad es que el ricino de Mariano era muy necesario. Antipático pero necesario.

Ahora, según nos vayamos acercando a las sucesivas citas electorales, Mariano irá tomando medidas dirigidas a su parroquia, y como no pueden ser gastosas serán como la que ahora se anuncia de orden público, un viejo estandar de la derecha.

Así que fuera escraches y manifestaciones antisistema, aunque no veo yo como se puede evitar que los jóvenes de vez en cuando se desmanden.

Luego se meterá con la Ley del Aborto y cuatro cositas más y a presentarse otra vez.

Tras ocho años insensatos espero que no tengamos que padecer ocho años penitenciales, pero ¿quien lo puede evitar?    

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