martes, 19 de mayo de 2015

El mundo en crisis. (Una vez más).

El Mediterráneo se ha convertido en una autopista para los piratas. ¡Vaya novedad!

Europa decide aplicar políticas de "lucha contra las mafias" y cuotas para repartirse el problema. ¡Otra novedad!

Cuando los americanos y los saudíes decidieron hacer saltar por los aires el frágil equilibrio geopolítico de Oriente Medio no imaginaban, (creo yo), la que iban a organizar.

Y tampoco los que decidieron ayudar a Africa a base de proteger la natalidad.

Nadie parece querer entender que todas las acciones, por bien intencionadas que estén, tienen consecuencias a menudo terribles.

Ahora tenemos cientos de miles de personas, millones en realidad, huyendo a la carrera de países que aunque tuviesen gobiernos despóticos, tenían la estabilidad necesaria para desarrollar la vida.

Ahora eso se ha terminado. Irak, Siria y puede que pronto Jordania se encuentran al borde del abismo.

Y naturalmente la gente huye.

¿Hacia donde?

El único lugar es Europa.

Curiosamente no van hacia Irán o Arabia Saudí.

En Africa la cuestión es de supervivencia.

Todo el continente bulle de niños, adolescentes y jóvenes sin nada que hacer.

¿A donde ir?

A Europa naturalmente.

Tampoco ellos quieren ir a Arabia o Irán.

Y como a Estados Unidos no llegan los piratas, pues a Europa.

En el Indico y el Pacífico Sur también hay refugiados.

Son de Pakistán o de Birmania o de vaya Ud. a saber.

Pero allí lo tienen claro: nadie los va a recibir. Ni los indonesios, ni los filipinos ni nadie.

Solo si alguien paga, o sea los americanos y nosotros, alguien los recibirá y no serán tratados con miramientos.

Yo siento ser un poco apocalíptico en estos asuntos pero creo de verdad que Europa está abocada al desastre.

No tenemos medios para asumir la avalancha de refugiados ni coraje para rechazarlos.

Los piratas del Mediterráneo seguirán haciendo de las suyas como lo hacían en tiempos de Felipe II.

Salen de los mismos puertos de entonces y tratan con la misma mercancía: esclavos.

Solo que ahora los esclavos son voluntarios y pagan con la esperanza de una redención cada vez mas imposible.

Mientras nuestros políticos hablan de las gilipolleces de siempre, una tormenta perfecta se está formando por toda la frontera sur de la Unión Europea.

Y o nos dejamos de pamplinas o pronto nuestras sociedades serán irreconocibles e ingobernables.

Pero eso significa tomar decisiones difíciles.

No aptas para estómagos sensibles.

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