miércoles, 10 de junio de 2015

La intensa vida de Pedro Zerolo

Ayer veía en la televisión las imágenes del velatorio del conocido activista gay Pedro Zerolo en el Ayuntamiento antiguo de Madrid y los homenajes habidos en el barrio de Chueca, y pensaba en si habrá habido alguna vez un héroe mas improbable que Zerolo.

Era Zerolo una persona muy afeminada de voz aguda y ademanes amanerados complementados por una melena de rizos que le hacían parecer un cantante de varietes mas que un político.

Cuando el PSOE comenzó su andadura auto-destructiva desde el socialismo, o la socialdemocracia, hacia el buenismo, Zerolo hizo su aparición al frente de una serie de reivindicaciones de los homosexuales, que salían por entonces de una situación intolerable de persecución en nuestro país, (aunque no muy diferente a la de otros países de nuestro entorno habitualmente más civilizados como nos recuerda el caso de Alan Turing).

Desde figurar en los archivos policiales por el solo delito de homosexualidad, hasta un rechazo social consuetudinario, que en nuestro país había alcanzado los habituales niveles de crueldad que nos caracterizan.

Aunque la situación de los gays en España fue cambiando de forma espectacular desde la democracia, y se eliminaron de la legislación las peores injusticias, hacían falta líderes que se atreviesen a pedir no solamente la aceptación o la tolerancia, sino aun mas, la igualdad.

Y si en España alguien puede ser considerado un líder del movimiento gay ese fue Pedro Zerolo.

Si hoy día nuestro país ha pasado de ser un infierno para los homosexuales a ser el país de referencia a nivel mundial en esta materia el mérito hay que atribuirlo a Zerolo.

No es una casualidad que Estados Unidos haya nombrado a un gay como embajador en nuestro país.

No es casualidad que Rufus Wainbright actúe en el Real.

No es una casualidad que Madrid sea el hogar de una comunidad gay internacional de altos vuelos.

Por alguna razón de nuestra psicología nacional aquí pasamos de lo negro a lo blanco sin paradas intermedias.

Hoy, somos probablemente el país con mayor aceptación de la comunidad gay que tiene en los medios de comunicación un impacto de primer orden.

Y en ese sentido el matrimonio gay tuvo un impacto brutal.

Probablemente hacía falta para que ello sucediese la coincidencia en el tiempo de un activista tenaz como Zerolo y de un mandatario insensato como Zapatero.

El primero convenció al segundo en una única conversación, lo que nos dice mucho de como tomaba las decisiones el amigo zapatitos, y el mundo no tuvo mas remedio que reconocer que no había marcha atrás.

Hoy, hasta la católica Irlanda tiene matrimonio gay.

Hay primeros ministros abiertamente gays. El alcalde o ex, de Vitoria (que es del PP), es abiertamente gay y está casado. Y sobre todo los gays ya no ocultan su condición en ninguna parte.

Se visten de gays, hablan como gays, y se manifiestan públicamente no ya para reivindicar nada, sino para decir "aquí estamos".

No diré que todo esto no hubiese sucedido sin Zerolo, pero probablemente no hubiese sido tan rápido.

Pedro Zerolo ha sido uno de los pocos españoles del que se puede decir que ha tenido un impacto global de grandes dimensiones.

Yo no puedo decir que simpatizase con él o con su causa.

Siempre me ha parecido que la condición sexual de una persona debería pertenecer al ámbito privado y en ese sentido, la constante exhibición de dicha condición me parece mas una agresión que una reivindicación, pero tal vez esté equivocado y sea necesario purgar los errores del pasado con un poco de penitencia con música de los Village People y otros héroes del arco iris.

Siempre me pareció que la insistencia en denominar matrimonio a la unión legal de dos personas del mismo sexo no tenía ni tiene mas intención que la de fastidiar a todo el mundo imponiendo su santa voluntad a la lógica.

Pero todo eso ya da igual porque la sociedad ha asumido completamente las tesis gays y a nadie le chirría la cuestión. ¿Para que darle mas vueltas?

Si en Chueca levantan un monumento a Zerolo se lo tendrá mas que merecido.

Muchos otros tienen estatuas por mucho menos.    

    

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