miércoles, 11 de mayo de 2016

Por qué no me gustan los de Podemos

He escrito ya varias veces sobre estos chicos y creo que va siendo hora de que explique por qué me gustan tan poco.

La primera razón y la más importante es que, aunque la democracia occidental sea un asco, es un asco en el que se puede vivir, se puede salir a la calle, se puede uno expresar con bastante libertad y en definitiva es el mejor de los maños sistemas que el ser humano ha sido capaz de construir.

Todas las alternativas hasta la fecha han sido mucho peores.

Siguiendo con Rousseau, desde que este señor nos explicase que el ser humano nace bueno y es la sociedad la que lo corrompe, hay siempre una corriente política que mantiene lo mismo incluso ahora cuando la ciencia nos va descubriendo que nacemos mejores o peores, pero desde luego no todos iguales.

También fue Rousseau el que vino a decir que el problema de todo la tenía la propiedad privada.

Y que un Estado dedicado fundamentalmente a la protección de dicha propiedad, no podía más que ser corrupto y corruptor y defensor de la injusticia.

Cada vez que se ha pensado sobre esto desde la buena voluntad se han escrito "utopías" en las que una comunidad comparte sus bienes, incluidos los hijos, y es feliz.

Cuando Margaret Mead descubrió la vida en la Polinesia creyó que esas utopías se habían materializado, como le pasó a San Pablo cuando le dijeron que Jesús había resucitado con respecto a las mitologías gnósticas.

Pero los polinesios tardaron muy poco en revelar que es fácil compartir las cosas materiales cuando no se tienen cosas materiales de la misma forma que los cristianos revelaron que no es lo mismo comportarse como hermanos cuando vives una persecución que cuando tienes el poder.

Así que las aventuras buenistas suelen terminar en carnicerías salvajes, y la civilización tal vez nos aleje de la bondad natural pero también nos aleja del mal, o por lo menos nos aleja de la ley del más fuerte.

Ciertamente las ideas políticas de cada cual suelen estar sesgadas por la idea que tenemos sobre la pretendida bondad natural del ser humano, o si por el contrario creemos como decía Hobbes que el hombre es "un lobo para el hombre".

En el primer caso los adeptos a la bondad prefieren un gobierno comanditario con decisiones basadas en el bien común y en el otro extremo, los que piensan que los hombres son unos tarugos violentos prefieren un gobierno de garrotazo y tentetieso.

Y luego están los que piensan como Robin Hood, o sea que hay que gobernar para los pobres a base de esquilmar a los ricos.

Estos piensan que los pobres son buenos por naturaleza y los ricos malos de remate.

Esta es la alternativa podemita: un estado protector financiado por los ricos a base de ponerles una bota en el cuello, o una Hacienda Pública-Gran Hermano.

Normalmente eso termina con los ricos emigrando y los pobres haciendo cola para encontrar papel higiénico.

Podemos parte de la idea de que la democracia es un antro de corrupción y despilfarro, como se encargan de machacarnos cada día determinados medios de comunicación, empeñados al parecer en que hacernos creer que España es Nigeria.

La cuestión es que no somos Nigeria ni ningún otro Estado fallido y que hemos avanzado considerablemente en los últimos setenta años desde el Plan de Estabilización, cuando el general Franco tuvo la suficiente lucidez como para dejar de intervenir directamente en la gestión económica del país.

Es cierto que estamos en una grave crisis, que es la misma que afecta a toda Europa, y que esa crisis va machacando la base de la democracia que es la clase media.

Sin clases medias no hay democracia y los excesos del capitalismo globalizador, en sus sucesivas versiones nos están llevando a una situación muy complicada.

Conste que cuando hablo de capitalismo lo hago desde el convencimiento de que no se trata tanto de una ideología cuanto de la expresión de nuestros instintos naturales matizada por sucesivas capas de arreglos más o menos técnicos para hacer que además de riqueza, se produzca la suficiente igualdad como para que la gente no se rebele.

Y ahora se está produciendo una desigualdad muy fea porque mucha gente se queda fuera del sistema y eso produce mucha angustia y miedo lo que a su vez enciende las pasiones y las visiones de supuestas soluciones mágicas.

Podemos es la versión española de esa angustia y la expresión del fracaso de los partidos políticos del sistema por ofrecer alternativas a la población más afectada.

Y hay que reconocer que sus líderes son mucho más atractivos que Rajoy o Sánchez.

Pero eso es lo que me da mas miedo precisamente.

Estamos en un buen lío y no hacemos más que enredarnos en polémicas que alimentan el discurso de la redención.

De verdad que no es necesario que nos flagelemos con una pasada por el populismo.

Exijamos regeneración y mejoras de nuestro sistema, pero no lo derribemos.

El coste puede ser muy alto.          

martes, 10 de mayo de 2016

El retorno de los rojos

El pacto Iglesias y el chico este de IU, o sea del PC, Garzón, es una gansada que retrata a los que están en esas lides, unos chicos que más que estar en la política, "juegan a la política" como si fuese un juego de sus consolas.

Es verdad que todos ellos son chicos del PC de toda la vida que cansados de el proceso de muerte lenta del viejo partido de Ibarruri y Carrillo, se habían embarcado en una aventura gramsciana de liderar a una juventud desencantada con los políticos y los partidos.

Yo la verdad es que comprendo perfectamente a los enfadados del sistema y más cuando he aprendido que en la democracia que proponía Rousseau, que al fin y al cabo es el padre de la moderna democracia, el maestro ginebrino proponía que no hubiese partidos y que los asuntos públicos se tratasen en asambleas y pensando siempre en el bien común y no en el provecho de cada cual o de cada partido. Pero bueno, ya se sabe que Rousseau estaba como una cabra.

El caso es que los podemitas llegaron al Parlamento y a los ayuntamientos desplegando una serie de banderas muy roussenianas, de asambleas y desintereses y nos han tenido muy entretenidos con sus melenas, sus camisas, sus tatuajes y sus bebés.

Todo muy en la linea de los descamisados anarcos como Durruti y Ascaso, aunque todo hay que decirlo sin pistolas y sin asaltos a bancos, para mostrar que ellos son lo nuevo, o sea una especie de izquierda 2.0 y ahora se me juntan con el PC para sumar unos cuantos votos y así conseguir unos cuantos escaños más.

Y vuelven a tratar a los del PSOE con una condescendencia que no puede hacer otra cosa que provocarnos una sonrisa por su inocente insolencia que no engaña ni a los niños del parvulario.

Desde luego es una suerte que en España los ciudadanos a los que las crisis de la globalización, la creciente automatización y las desregulaciones van orillando de la ya casi fenecida clase media y precipitando hacia la precariedad y el miedo al porvenir.

Hubiese sido mucho peor que nos hubiese tocado algún energúmeno de la extrema derecha que en lugar de querer beber botellines de cerveza quisiese beberse la sangre de los emigrantes, o de los que no vamos a misa.

Pero la verdad es que estos chicos también dan un poco de miedo porque se ve claramente que todo su saber y su programa llegan hasta el día en que se sienten en el consejo de ministros. Luego ya veremos que pasa porque estos, saber de algo útil no saben de nada.

Los consejos de Gramsci dan para alcanzar el poder pero no dicen nada de como hacer que funcionen los semáforos o se pueda pagar a los funcionarios cuando no hay dinero en la caja.

Así que espero que les quede algo de su formación comunista, para que al menos puedan plantear medidas de colectivización de las granjas o la nacionalización de los bancos.

De esa forma nos tendrán entretenidos mientras nos rescatan las tropas de la OTAN o mucho más cercanos, los de la Guardia Civil.

Sabiendo como somos los españoles y como nos gusta jugar con el fuego y como somos capaces de pegarnos un tiro en el pie si con eso fastidiamos al vecino, mucho me temo que las bases ácratas podemitas seguirán a sus jefes de fila comunistas a la conquista del poder que para ellos es como el viejo Leviatan que todo lo puede.

Pero resulta muy enternecedor ver como el PC de toda la vida vuelve de sus cenizas cual ave fénix para encaramarse sobre las penas y miedos de tanta gente y presentar una batalla inútil pero llena de encanto juvenil, a la dura realidad de la vida en el mundo moderno.

A mi me enternece el nuevo flamear de las banderas rojas y siento nostalgia de manifestaciones al aire de la Internacional.

Lástima que todo eso siempre desemboque en el mismo sitio: el desastre.

¿Comprenderán esto los votantes?      

viernes, 6 de mayo de 2016

Asuntos sobre los que debatir...

...y que no se van a debatir en la interminable campaña electoral que padecemos.

El primero es el asunto del Déficit Presupuestario.

Es un tema tabú que solo aparece transmutado en dos falsos debates: el Gobierno central agrede a los pobres gobiernos autonómicos y les obliga a endeudarse para poder prestar los servicios esenciales a los ciudadanos, y por tanto si esos servicios no se prestan es culpa de los malvados de Madrid. Y naturalmente y en segundo lugar, Bruselas y sus taimados funcionarios nos "obligan" a reducir el déficit y por tanto nos recortan nuestros derechos y nuestros bienamados servicios y beneficios sociales tan duramente conseguidos.

Nadie quiere asumir que no podemos gastar mas de lo que ingresamos y que no podemos seguir aumentando la bola de la deuda hasta el infinito.

El segundo debate es el de como conseguir que España tenga un modelo económico capaz de sostener un estado del bienestar. Reformar el sistema universitario para que sea competitivo y capaz de generar ciencia, favorecer la investigación de tecnologías aplicadas y fomentar industrias basadas en ellas.

Nuestro proyecto de Ilustración quedó frustrado en sus pequeñas raíces pero la tarea sigue siendo la misma. Hemos hecho las tareas secundarias, auxiliares, es decir hemos hecho carreteras, ferrocarriles, puertos y ciudades, pero en vez de utilizarlas para la industria las hemos terminando utilizando para que vengan turistas y podamos ganarnos la vida de camareros.

Es mejor que nada pero no es suficiente. Desde luego no es suficiente para mantener un estado del bienestar como el que queremos.

Tantas infraestructuras sin industrias suponen un despilfarro que cualquiera puede comprobar.

El tercer debate es el de la mejora de la calidad de nuestras instituciones. Empezando por la Ley Electoral que tiene que ser cambiada para impedir que sean los políticos con sus cambalaches y no los ciudadanos con sus votos los que elijan al gobierno.

Todo el mundo habla de pactar, o sea cambalachear, y nadie recuerda que es la mayoría quien debe decidir y no la suma de minorías.

Solo un sistema con doble vuelta como el francés garantiza esto, pues son los ciudadanos los que deciden con quien pactar cambiando su voto en la segunda vuelta a uno de los dos partidos que han quedado primeros en la primera vuelta.

Y sin olvidar que todos los votos tienen que valer lo mismo, y no como ahora que un voto de Soria vale tres veces lo que uno de Madrid.

Lo segundo es la vuelta a un sendero de control del gasto a todos los niveles de la Administración para evitar en lo posible la corrupción. Reducirla a cero es imposible pero reconducir el problema si que es posible.

Y eso requiere la reforma de los partidos políticos cuyas estructuras permanentes deben ser reducidas a la mínima expresión para evitar que se conviertan en alternativas laborales para todos los inútiles o cosas peores del país.

Y naturalmente está el tema del modelo territorial que tendría que estudiarse en un ambiente de serenidad que lamentablemente no se da.

España, lo que sea que quede de España, tiene derecho a ser un país con una administración competente y adecuada a nuestro tamaño. La descentralización consagrada para agradar a catalanes y vascos ha fracasado y avanzar por ese camino no nos lleva más que a la disolución como entidad no solo política sino también sentimental.

Me gustaría equivocarme pero no creo que estos temas se debatan.

Al parecer vamos a escuchar temas mas divertidos como que Rivera es un lacayo del PSOE, que Podemos son comunistas, que el PP es la corrupción y que Susana quiere morder a Pedrito.

O sea que en vez de debatir lo que vamos a ver es un gran plató de Sálvame de Luxe.

  

martes, 19 de abril de 2016

Epitafio

"Al final, todo resultó ser nada" Dijo José Hierro en un memorable poema que viene al pelo para retratar el final de una comedia bufa que es en lo que se ha convertido la política española.

El señor Sanchez ha pasado de ser un caballero de brillante armadura a ser un pobre iluso que se ha dado cuenta tarde de que no le seguía nadie.

El señor Iglesias ha quedado retratado como el pequeño Lenin buen-rollista que desea más el poder que el bien de sus semejantes.

El señor Rivera se ha ido empequeñeciendo hasta casi desaparecer, tal vez para no ser engullido con Sánchez por el torbellino del fracaso, siempre tan contagioso.

El señor Rajoy nos ha demostrado que está dispuesto a ver como se desmorona el mundo a su alrededor sin que se le mueva un pelo de la ceja, y mandar balones fuera mientras caen chuzos de punta en cada rincón de España con administración popular-pepera.

Los nacionalistas catalanes siguen construyendo su estado dentro del estado.

Los nacionalistas vascos van tomando nota.

Los telediarios son enumeración de los infinitos casos de corrupción que al parecer unas super-trabajadoras fuerzas de seguridad del estado van destejiendo con mortífera eficacia.

Hacienda es el Gran Hermano que todo lo vigila y que a nadie disculpa.

Carmena persigue a los perros. (Al parecer los únicos animales que defecan en Madrid).

Neymar se pone nervioso por los juicios que le acechan y parece un apache enloquecido por los hongos alucinógenos.

La Liga cumple con su función de entretener a las masas estupefactas por la mezcla de realities y paseillos en la Audiencia Nacional.

El déficit sigue creciendo.

No pasa nada.

Vamos a elecciones y ya no sabemos para qué.

Se suponía que esta legislatura tenía que ser la de los amplios consensos para una "segunda transición", es decir para encontrar un marco de convivencia que nos permitiera abordar los graves problemas que afectan a nuestra sociedad.

Pero de consensos nada de nada.

¿Que va a cambiar con las nuevas elecciones?

Nada.

 

jueves, 7 de abril de 2016

Los Panamá Papers y los secretos de cada cual

En estos últimos tiempos se están produciendo una gran cantidad de filtraciones.

Unas veces las producen los propios jueces o el personal a su cargo, otras la policía, otras los servicios de inteligencia y otras misteriosos colectivos cuyos fines parecen honorables pero que huelen a chamusquina.

El problema es que tenemos todos nuestros datos en la red y por muchos filtros y muros que se ponen, siempre hay una forma para que avezados hackers al servicio de no se sabe muy bien quien, rompan las barreras y se hagan con el botín.

Después, ese botín se hace llegar a medios lo menos escrupulosos posible, y ya tenemos montada una buena.

Digo esto de los escrúpulos, porque se supone que en el periodismo fetén, es necesario comprobar la verosimilitud de las fuentes y tener al menos dos que coincidan.

Pero aquí y ahora no hay compasión: papeles que llegan, papeles que se publican sin más y luego ya se investigará.

En el caso de los papeles de este bufete panameño, que no será el único que se dedique a crear sociedades en Panamá, es evidente que alguien ha desmontado sus sistemas de seguridad y se ha apropiado de una documentación que se supone que debería ser confidencial.

Como la cosa tiene un alcance mundial, dudo mucho que se trate de una operación contra la Infanta Pilar o contra Almodovar, que son en esta ocasión víctimas colaterales de una masiva e indiscriminada revelación de secretos.

Y da igual que el Gobierno o los Gobiernos se apresuren a afirmar que tener una sociedad en Panamá  no es constitutivo per se de delito, porque todo el mundo piensa que tener una sociedad en un sitio así es una prueba irrefutable de ocultación de datos a la correspondiente Hacienda Pública, y ya se sabe que eso, en nuestra sociedad, es lo peor de lo peor.

Vaya, que un crimen con muertos prescribe como delito en unos años y una trampa a Hacienda NUNCA prescribe.

Nos estamos inclinando de una forma muy peligrosa a formas de control social más propias de regímenes totalitarios que de democracias.

Se publican correos privados sin trascendencia penal ninguna solo por el morbo de los personajes implicados. Y se hace desde los propios juzgados con total desparpajo.

Se publican secretos militares y de inteligencia.

Se publican o se amenaza con publicar las nóminas de las empresas.

Fotos íntimas, datos médicos, conversaciones privadas....

Y todo en nombre de un nuevo totem de la sociedad contemporánea que es la transparencia.

A la mayor parte de la gente al parecer, la transparencia les parece de perlas.

Como los puritanos del siglo XVI, vamos a tener que aceptar vivir en casas de ventanas sin cortinas ni celosías para que todo el mundo pueda ver en todo momento lo que hacemos.

¿Donde ha quedado la cuestión de la inviolabilidad de la correspondencia?

¿Donde ha quedado el secreto profesional?

¿Donde ha quedado en suma la privacidad?

¿O es que se supone que todo lo que no podamos o no queramos mostrar al público es automáticamente delito?

Esto me recuerda a cuando los inquisidores buscaban en las basuras de las familias conversas para ver si había o no restos de carne de cerdo o tocino.

Estoy seguro que entre todos los que aparecen en los papeles de Panamá, habrá muchos cuyas actividades sean cuestionables, pero también habrá quienes hayan considerado que gestionar sus ingresos internacionales a través de un país con bajos impuestos es perfectamente razonable, sobre todo cuando la Hacienda de tu país se quiere quedar con más de la mitad de tus ingresos.

Pero eso tampoco es la cuestión.

La cuestión es si tenemos derecho a algo tan consustancial con la democracia que es que los delitos tienen que ser demostrados uno a uno y que no se puede acusar a granel en los medios de comunicación en base a papeles robados o a documentos hackeados.

Nos puede hacer ahora mucha gracia porque los aludidos son ricos y famosos, pero hay que recordar que podemos llegar a situaciones en las que se publiquen registros médicos, formativos, de hábitos alimenticios y otras cuestiones que nos afecten a todos.

Si se sospecha que alguien ha cometido un delito se le investiga y se solicitan sus datos a donde sea, pero primero se tiene que investigar.

Lo demás es pura Inquisición.      

jueves, 31 de marzo de 2016

Tonterías consuetudinarias

Existen una serie de clichés en los medios de comunicación y en la opinión pública que realmente me conducen al aburrimiento y a desesperar de que alguna vez seamos capaces en este país de hablar con un poco de rigor de cualquier tema.

Uno de esos temas es el de los refugiados.

Instalados como estamos en el espíritu de la religión feminista-buenista, somos al parecer muy partidarios de abrir nuestras fronteras a todo el que quiera instalarse en nuestro país, siempre con la condición de que sea musulmán y de piel mas bien cetrina.

Se repite hasta la saciedad que son víctimas de la guerra, y se insinúa que esa guerra la hemos provocado nosotros con nuestro apetito desmesurado por el petróleo.

Al parecer en este asunto lo más importante son las imágenes de los "refugiados" andando por caminos embarrados o los cadáveres de los ahogados en las islas griegas. A veces hay tantos reporteros como refugiados.

A nadie parece importarle la cuestión de como va Europa a gestionar un flujo de emigrantes compuesto por millones de personas procedentes de países que van desde Filipinas hasta Etiopía y desde Gabón a Nigeria, pasando por todo el Oriente Medio y más allá hasta las montañas afganas.

Tampoco parece importar a nadie las consecuencias de crear en Europa fuertes minorías musulmanas que ya han manifestado con los hechos su decisión de no integrarse ni aceptar  los principios básicos de nuestra cultura.

NI por supuesto, las consecuencias de importar la guerra civil que mantienen sunnies y chiies en todo el mundo y que suele materializarse en acciones terroristas, que cuando se dan en los países en guerra adoptan la forma de acciones y represalias y cuando se dan en nuestro países adoptan simplemente la forma de carnicerías a las que se contesta con flores y cánticos, ya que cuando se piensa en contestar con las armas salen los tontainas de siempre a decirnos que "eso no es proporcionado y que es matar moscas a cañonazos".

Cada vez que escucho a algún sacerdote buenista decir que en esta guerra de atentados hay más víctimas musulmanas que cristianas, me dan ganas de retirarme a un monasterio que no tenga acceso a ningún medio de comunicación para no tener que escuchar más idioteces. Los atentados allí son parte de una guerra en la que los dos matan. Los atentados aquí solo son muestras de la rabia de unas minorías que se sienten apoyadas por uno de los contendientes en liza: los saudíes.

En los países en los que no existen tales minorías no hay atentados. (Polonia, Chequía, Lituania, Suecia.....). Donde si hay minorías si los hay: España, Francia, Bélgica, UK....

Obviedades que nadie quiere recordar, como el hecho de que la mayoría de los refugiados nada tiene que ver con la guerra, excepto con el hecho de que por la edad parecen desertores o miembros de milicias que temen la llegada de sus enemigos, o sea unos angelitos.

Otra obviedad que nadie recuerda es que todos salen de Turquía, un país super militarizado y con un control policial estricto, ya que ellos están en guerra contra los kurdos que también recurren al terrorismo.

Y si salen tantos refugiados de Turquía es porque los turcos lo permiten o directamente lo organizan para tener un arma de presión sobre la UE a la que ya han sacado un buen dinero y más que nos vana a sacar aparte de la promesa de no reconocer un estado kurdo en los territorios liberados por estos viejos luchadores sin patria.

Esta es una guerra muy complicada y reducirlo todo a la imagen de un niño ahogado es nuestra mejor contribución a sufrir una grave derrota que cambiará de raíz nuestras vidas y nos llevará a la violencia y a la pobreza.

Que razón tenían los paganos cuando acusaron al cristianismo del declive del imperio. El buenismo nos lleva por el mismo camino.        

viernes, 11 de marzo de 2016

Los emails de la Reina

En otro tiempo no tan lejano, las indiscreciones de una Reina de Francia, que regalaba una joya a un amigo inglés, daban para que Alejandro Dumas escribiese Los Tres Mosqueteros.

Hoy, los mensajes entre la Reina Leticia y un antiguo amigo de su marido, se han convertido en la chirigota nacional y no hay periodista o político que se resista a comentarlos con el famoso retintín que es una marca de la raza española.

El que tales mensajes de carácter puramente personal y que carecen de trascendencia para la investigación en que está inmerso el receptor hayan salido a la luz, resulta una cuestión que no es baladí.

El señor López Madrid está metido en mil fregados. En su condición de "mensajero" de OHL por sus múltiples contactos familiares y de clase social, se ha visto ahora salpicado por las múltiples causas contra la corrupción que vienen animándonos las sobremesas desde hace meses.

Además era, como no, consejero de Caja Madrid, y por lo tanto usuario de una tarjeta "black" de la que hizo poco uso, 35.000 euros, que ya ha devuelto, lo que no le libra de llevar ese baldón que viene a ser como llevar el sombrero de copa del Tio Gilito, o sea un letrero muy grande que dice: capitalista-gorrón.

Es un ejemplar perfectamente típico de la fauna de los que han mandado toda la vida en el país y que siempre han considerado lo más normal seguir mandando. O sea un tipo al que en sus buenos tiempos la gente le lamía el culo y ahora todo el mundo quisiera apedrear.

Pero como es amigo del colegio del Rey pues han seguido siendo amigos, lo que nos sucede a muchos con nuestros viejos compañeros de pupitre.

Y que sean amigos es lo más normal, como es normal que entre amigos se intercambien mensajes.

Lo que no es normal es que esos mensajes aparezcan en los sumarios, y que una vez allí se filtren convenientemente a medios que no es que no tengan escrúpulos, sino que directamente son enemigos acérrimos de la monarquía.

Todo el mundo tiene derecho a tener una vida privada.

También los Reyes.

Poner en ridículo a las personas publicando las tontunas que decimos cuando queremos ser afectivos es muy feo.

Y tener unos juzgados en los que intervenir las comunicaciones se ha convertido en algo cotidiano es tremendamente peligroso para la convivencia.

Una cosa es hacer seguimientos a la mafia y otra copiar todas nuestras conversaciones por si decimos algo inconveniente.

Los corruptos tienen que se sometidos a la justicia. No al escarnio.

Si no, esto no es una democracia sino el reino de Nerón.

Y ya vemos que no se salva ni el Rey.

La transparencia tiene un límite o tiene que tenerlo.

No podemos estar contínuamente examinando lo que decimos por teléfono o nos vamos a volver locos.

Y esto afecta a todos.

    

miércoles, 9 de marzo de 2016

En esta guerra vale todo

Antes, las guerras se podían dividir entre aquellas que afectaban poco a la población civil, o sea aquellas en que ejércitos profesionales luchaban en campos de batalla, y cuando se producían destrozos no era ese el objetivo de la guerra, y aquellas en las que la población civil si constituía el objetivo de la guerra.

A lo largo de la Historia se han dado unas y otras, y aunque la población civil tenía que soportar los ejércitos y su avituallamiento, la cosa era pasable.

Pero luego en la Segunda Guerra Mundial, como antes en las guerras preparatorias como la de Abisinia o la de España, se pusieron en marcha mecanismos para desmoralizar al ejército enemigo machacando directamente a la población civil.

Ahora nos enfrentamos a un nuevo tipo de guerra en la que la población civil está siendo utilizada como arma para atacar al enemigo.

Se comenzó con las intifadas y los niños tira-piedras pero ahora se hace a través de los flujos de "refugiados".

Se saca mediante el terror a cientos de miles de personas de sus hogares y se los lanza con falsas promesas de refugio y subvenciones hacia los "paraisos" occidentales que constituyen el enemigo a batir.

Organizaciones perfectamente engrasadas transportan a esos cientos de miles de personas hacia la frontera turca y de allí a la costa en miles de vehículos que dificilmente pasarán inadvertidos a las autoridades de aquel país.

Allí, de nuevo en miles de embarcaciones, pasan la estrecha franja de mar que separa Turquía de las islas griegas, y allí les esperan cientos de ONGs que los trasladas a campamentos organizados para después comenzar el éxodo a través de los Balcanes antes de llegar al objetivo que es Alemania o los países escandinavos.

Y así todos los días mientras los medios de comunicación nos bombardean con la canción de la solidaridad y nos enseñan las lacras de nuestra sociedad egoista alertando a los políticos sobre lo que tienen que hacer.

No hay duda de quien está ganando esta guerra.

Los que la han provocado.

Y tampoco hay duda de quien  la va a perder: nosotros.

domingo, 6 de marzo de 2016

Un nuevo fantasma recorre el mundo...

Es el fantasma del populismo.

Que lejos quedan los días en que Carlos Marx se atrevió a pronosticar que el triunfo de las clases trabajadoras sobre la burguesía entonces imperante era inevitable e irrevocable.

Pero como siempre he mantenido, aún sin saberlo, Marx estaba enunciando una gran verdad que era que lo que venía era el fin de la etapa del individualismo liberal hijo de la Ilustración para ser sustituido por la gran marea de las masas que reclamarían su lugar en el mundo.

Esas masas han sido desde entonces pastoreadas con mayor o menor acierto por distintos regímenes o versiones de la democracia, hasta hacernos creer que durante largos periodos de tiempo existe de verdad un sistema en el que los ciudadanos con sus votos deciden el rumbo de la Historia.

Pero cualquiera sabe que eso es tan solo una convención. Un teatrillo que se mantiene a base de mentiras que todos aceptamos porque es lo que más nos interesa.

El teatrillo funciona siempre que se pueda adormecer a las masas con la ración de sueños de mejora e igualdad que permite que los que mandan sigan haciendo lo que corresponde sin mas molestia que la de tener que someterse a procesos electorales convenientemente limitados en los que unos grupos de personas que viven de ello, encarnan supuestas alternativas de desarrollo social o diversos esquemas ideológicos sin relación alguna con la realidad.

Pero cuando el sistema se gripa y deja de correr el alimento mágico de la ilusión de mejora, entonces las masas se alteran y se enfurruñan y dejan de ver a los gobernantes como mediadores entre sus sueños y la realidad, y comienzan a verlos como precisamente un obstáculo entre esos mismos sueños y la ahora dura realidad.

Entonces aparecen otros mediadores que en lugar de pregonar unos programas técnicos que nadie se ha molestado nunca en leer, hablan con autoridad de soluciones, acciones, energía y valor.

En los años treinta del pasado siglo se llamaron Mussolini o Hitler, o Largo Caballero o Gil Robles.

Como el resultado es bien conocido no me extenderé.

Lo que me preocupa es que está volviendo a pasar.

Y no solo en España con el amigo Iglesias, sino lo que es mucho peor el los propios Estados Unidos, Donde un nuevo Mussolini, llamado Donald Trump, está arrasando en las primarias y amenaza convertirse en el nuevo presidente del país más importante del planeta.

Unase Trump al ISIS, a Putin y a los neo fascismos que comienzan a inundar Europa y tenemos casi todos los ingredientes de una nueva catástrofe.

La falta de trabajo fijo, de salarios decentes, las amenazas que penden sobre el sistema del bienestar, y la llegada masiva de emigrantes del tercer mundo hacia Europa y USA están poniendo todo patas arriba.

Y de nada sirve razonar, porque las masas no razonan. Nunca han razonado. Cuando la gente tiene miedo solo quiere escuchar que todo tiene solución y sobre todo que hay unos culpables a los que hay que eliminar.

A lo mejor ha llegado el momento de otra gran oleada de destrucción que permita posteriormente un nuevo periodo de estabilidad, pero por favor a ver si entre todos somos capaces de no favorecer el crecimiento de la hydra venenosa.

Luchemos por defender el teatrillo de la caduca democracia.

Es una mierda, pero es lo único que nos separa de la barbarie.    

viernes, 4 de marzo de 2016

El pacto de nunca acabar

Escribo esta nota en la tarde previa a la votación de la segunda intentona de investidura de Pedro Sánchez, y ante la más que previsible debacle de esta intentona que a estas alturas ya no se sabe si es real o un simple posicionamiento de cara a unas nuevas elecciones.

Los parlamentos del último debate ya han sido muy comentados. Unos que piden apoyo para echar a Rajoy y otros que dicen que de eso nada y que quieren poltronas.

Es muy aleccionador.

Porque nadie parece tener en cuenta los siguientes puntos:

España se encuentra en una situación financiera muy delicada, con un nivel de deuda que solo es posible financiar gracias al Banco Central Europeo.

Tenemos deficit de gasto lo que quiere decir que cada año gastamos mas de lo que ingresamos ya que nuestro sistema de bienestar social no es sostenible en las actuales circunstancias.

Y eso no lleva al punto anterior que cada año es más grave.

Tenemos dos territorios en abierta rebelión, Cataluña y País Vasco, con sus características diferentes pero decididos a la independencia.

Y tenemos a una parte de la población, unos cinco millones de personas, que se han quedado excluidos del sistema de distribución de rentas y están igualmente en abierta confrontación con el Estado.

Tenemos una auténtica epidemia de casos de corrupción que han conducido a una oleada de desprestigio de las instituciones especialmente de los partidos políticos.

Tenemos un sistema económico basado en los servicios que cada vez ofrece menores salarios.

Tenemos una juventud sobre preparada que ni encuentra empleo en España ni tiene la más mínima oportunidad y millones de inmigrantes infra cualificados que compiten con los nacionales por los sub empleos.

Y finalmente tenemos un sistema de pensiones inmanejable que pone en peligro todo el sistema de estabilidad social.

Con todo esto, todo el mundo sabe que el próximo gobierno las va a pasar moradas a no ser que suceda un milagro y la economía mundial se relance y nos toque con su manto protector.

Pero si con el petróleo por los suelos la recuperación ha sido tan pequeñita, nadie puede augurar nada bueno como vuelva a subir.

Así que toca seguir con las reformas, o sea, seguir apretando el cinturón y buscar solución a los males institucionales reformando la Constitución, para ver si damos salida al tema catalán, y el sistema de partidos con una nueva ley electoral.

Todo ello requiere un gran consenso.

Y no lo hay.

El PP está ofuscado por su situación interna. El PSOE es demasiado débil y se siente amenazado por Podemos. Podemos es una amalgama de comunistas y anarquistas cuyos programas son sencillamente inaplicables en la UE y nos llevarían a la ruina en menos de un año, y Ciudadanos solo representa a una minoría ilustrada y asustada.

Los demás solo están para enredar y enmerdar.

En esta situación solo cabría apelar al patriotismo de un gobierno de concentración dejando las siglas de cada uno a un lado, pero ya hemos visto lo lejos que estamos de eso.

Así que a parte de rezar y dedicarse a la introspección no se me ocurre nada.

Me contaban el otro día que el sistema romano se basaba en la existencia de dos clases: los patricios y la plebe que convivían bajo un pacto no escrito. Los patricios buscaban la gloria y la plebe obtenía igualdad a cambio de ayudarles a conseguirla.

Pero los patricios de hoy solo buscan el trinque y la plebe ya no puede soñar con la igualdad que ve como se aleja con los recortes.

Como todo el mundo sabe como acabó aquello, no voy a hacer profecías escatológicas.

Que sea lo que Dios quiera.