Está claro que Internet le ha dado al consumidor mayor información, mayor acceso, mayor poder. La gente puede comparar precios y productos, leer opiniones de otros, compartir sus propias impresiones, acceder al contenido cuándo quiera y cómo quiera....
Y está claro que las diferentes industrias que se ven afectadas (todas) han de reaccionar a esto. Pero claro, el cambio siempre es difícil, sobre todo si es de modelo de negocio. Y ya se sabe, que las cosas de palacio, van despacio.
Pero es que hay situaciones que no se entienden. Parece que hay veces que las compañías se empeñan en que la gente recurra a los "otros" métodos. Por ejemplo, Universal Pictures Iberia, que recientemente ha sacado a la venta la temporada 1 de la magnífica serie Battlestar Galactica. Pues no se les ha ocurrido mejor idea que mutilar los episodios, pasándolos de 16/9 a 4/3. A lo mejor hay mucha gente a la que no le importa, e incluso que ni siquiera sepa que existan tales formatos. Pero, seámos sinceros, ¿quién es el segmento de la población que va a gastarse los duros en estos DVDs? Seguramente ellos sí que sabrán "apreciar" la mutilación. Con la consiguiente negación a la compra. Un ejemplo mostrando esta línea de pensamiento en primera persona sufridora aquí.
O Televisión Española, que ayer domingo, en plena emisión de Frenético, además de la mala calidad de la copia en emisión y de las consabidas y largas pausas publicitarias, cambiaron el orden de la película. Sé que suena como algo bastante difícil de hacer, y más aún de que ocurra por error, pero así es: hacia la mitad, de repente saltaron a 3/4 de peli, luego al principio del todo, y luego al final. Increíble pero cierto.
¿Así cómo prentenden que no elijamos? De hecho, ¿por qué no deberíamos elegir? Al consumidor se le maltrata, porque nos vemos envueltos en unos modelos de negocio en los que ciertas empresas tienen todo el poder. Pero con Internet eso está cambiando. Y ellos lo saben. Y tienen miedo.
No sé el futuro. No he venido a deciros como va a terminar esto. He venido a deciros cómo va a empezar. - Matrix (1999)
Y está claro que las diferentes industrias que se ven afectadas (todas) han de reaccionar a esto. Pero claro, el cambio siempre es difícil, sobre todo si es de modelo de negocio. Y ya se sabe, que las cosas de palacio, van despacio.
Pero es que hay situaciones que no se entienden. Parece que hay veces que las compañías se empeñan en que la gente recurra a los "otros" métodos. Por ejemplo, Universal Pictures Iberia, que recientemente ha sacado a la venta la temporada 1 de la magnífica serie Battlestar Galactica. Pues no se les ha ocurrido mejor idea que mutilar los episodios, pasándolos de 16/9 a 4/3. A lo mejor hay mucha gente a la que no le importa, e incluso que ni siquiera sepa que existan tales formatos. Pero, seámos sinceros, ¿quién es el segmento de la población que va a gastarse los duros en estos DVDs? Seguramente ellos sí que sabrán "apreciar" la mutilación. Con la consiguiente negación a la compra. Un ejemplo mostrando esta línea de pensamiento en primera persona sufridora aquí.
O Televisión Española, que ayer domingo, en plena emisión de Frenético, además de la mala calidad de la copia en emisión y de las consabidas y largas pausas publicitarias, cambiaron el orden de la película. Sé que suena como algo bastante difícil de hacer, y más aún de que ocurra por error, pero así es: hacia la mitad, de repente saltaron a 3/4 de peli, luego al principio del todo, y luego al final. Increíble pero cierto.
¿Así cómo prentenden que no elijamos? De hecho, ¿por qué no deberíamos elegir? Al consumidor se le maltrata, porque nos vemos envueltos en unos modelos de negocio en los que ciertas empresas tienen todo el poder. Pero con Internet eso está cambiando. Y ellos lo saben. Y tienen miedo.
No sé el futuro. No he venido a deciros como va a terminar esto. He venido a deciros cómo va a empezar. - Matrix (1999)
1 comentario:
Hace tiempo realizé un trabajo para la universidad sobre la piratería en Internet. Obtube una conclusión muy curiosa: Las empresas y los autores no deben de combatir la piratería, sino competir contra ella.
No se puede poner precio a la cultura y el arte. Y esto en contra de lo que manifiesta la SGAE en sus campañas desinformadoras no es menospreciar el trabajo de otros, sino valorarlo de forma más transcendental que con el dinero.
Por lo que si se puede y debe cobrar es por los costes de difusión, y aquí es donde Internet se convierte en la gran amenaza. El competidor perfecto a los editores que llevan decadas tratando de convencernos de que nos cobran 20€ por la idea mientras que ellos mismos solo son capaces de ver el plástico.
Ahora sólo queda un asunto pendiente. Si los costes de difusión tienden a cero, y no pagamos por las ideas, ¿como pagan la hipoteca los autores?
Cuanto tenga respuesta a esa pregunta será el fin de los editores, la SGAE, las compañías discográficas y de Enrique Iglesias.
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