Soy una persona a la que le gusta utilizar el transporte público. Sí, sé que suena raro, no hya más que ver las caras de la gente a quien se lo cuento.
No es que no aprecie la comodidad del asiento del coche, con su calefacción y la música que a uno le gusta. Pero, sinceramente, en la lista de pros/contras finalmente acaba ganando el transporte público. Al menos para trayectos cortos, del día a día.
Me gusta por varios motivos, siendo uno de ellos que me ofrece el espacio de tiempo ideal para dedicar una horilla a la lectura diaria. De otra manera, me cuesta mucho encontrar un hueco para ponerme.
Pero una de las cosas que más me gustan es poder ver la gente que comparte el vehículo conmigo y fijarme en sus hábitos. Creo que es una buena forma de observar en qué cosiste la sociedad española, que tipo de elementos la forman.
Y una de las cosas que más me han llamado la atención últimamente es la cantidad de gente que va distraída con dispositivos electrónicos personales. Siempre ha habido gente escuchando música con un reproductor de CDs portátil o, más recientemente, con un MP3. Pero la cantidad que me rodea todas las mañanas es abrumante. En concreto, el nuevo iPod nano que llegó a los mercados en Navidad causa furor.
Y no sólo se trata de música. La proliferación del vídeo en dispositivos móviles ha sido asombrosa. Cantidad de gente va viendo series o películas mientras acude al trabajo. Ya no es cosa de unos pocos que veían Stargate en sus PDA's, ahora es algo bastante extendido entre la población.
Las consolas portátiles también tienen su cuota de mercado dentro de los vagones del metro. En especial la Nintendo DS y la PSP, auténticas estrellas del transporte público.
Este fenómeno me ha llamado la atención en el último mes, justo después de Navidad. O no me había fijado antes, o realmente hay muchos más reproductores de audio y vídeo, así como consolas y móviles. El auge del iPod Nano último modelo refuerza esta teoría acerca de los regalos. Me da a mí que el Media Markt ha hecho su agosto este diciembre.
De hecho puedo igualar fácilmente el número de gente que va leyendo un libro a la que va trasteando con algún ente electrónico. ¿Habrá abandonado la lectura parte de esta nueva masa de gente conectada al mundo digital? ¿Han cambiado los hábitos de la sociedad con la última campanada del año 2007? ¿La penetración de dispositivos electrónicos personales continuará con este crecimiento exponencial?
No es que no aprecie la comodidad del asiento del coche, con su calefacción y la música que a uno le gusta. Pero, sinceramente, en la lista de pros/contras finalmente acaba ganando el transporte público. Al menos para trayectos cortos, del día a día.
Me gusta por varios motivos, siendo uno de ellos que me ofrece el espacio de tiempo ideal para dedicar una horilla a la lectura diaria. De otra manera, me cuesta mucho encontrar un hueco para ponerme.
Pero una de las cosas que más me gustan es poder ver la gente que comparte el vehículo conmigo y fijarme en sus hábitos. Creo que es una buena forma de observar en qué cosiste la sociedad española, que tipo de elementos la forman.
Y una de las cosas que más me han llamado la atención últimamente es la cantidad de gente que va distraída con dispositivos electrónicos personales. Siempre ha habido gente escuchando música con un reproductor de CDs portátil o, más recientemente, con un MP3. Pero la cantidad que me rodea todas las mañanas es abrumante. En concreto, el nuevo iPod nano que llegó a los mercados en Navidad causa furor.
Y no sólo se trata de música. La proliferación del vídeo en dispositivos móviles ha sido asombrosa. Cantidad de gente va viendo series o películas mientras acude al trabajo. Ya no es cosa de unos pocos que veían Stargate en sus PDA's, ahora es algo bastante extendido entre la población.
Las consolas portátiles también tienen su cuota de mercado dentro de los vagones del metro. En especial la Nintendo DS y la PSP, auténticas estrellas del transporte público.
Este fenómeno me ha llamado la atención en el último mes, justo después de Navidad. O no me había fijado antes, o realmente hay muchos más reproductores de audio y vídeo, así como consolas y móviles. El auge del iPod Nano último modelo refuerza esta teoría acerca de los regalos. Me da a mí que el Media Markt ha hecho su agosto este diciembre.
De hecho puedo igualar fácilmente el número de gente que va leyendo un libro a la que va trasteando con algún ente electrónico. ¿Habrá abandonado la lectura parte de esta nueva masa de gente conectada al mundo digital? ¿Han cambiado los hábitos de la sociedad con la última campanada del año 2007? ¿La penetración de dispositivos electrónicos personales continuará con este crecimiento exponencial?
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