jueves, 14 de abril de 2011

Hablar por hablar

Una de las cosas que mas me molesta, y que además va amas con la edad, es escuchar las bobas discusiones que cada día se producen en los medios de comunicación acerca de cualquier cosa.

Esta gente no intenta ni dar soluciones a los problemas ni tan siquiera aclarar las cuestiones a los receptores de sus diatribas. Lo único que quieren es hacer ruido.

Contra mas ruido mejor.

Y además repiten las mismas discusiones con los mismos argumentos una y otra vez, prueba inequívoca de su falta de honradez intelectual.

Hoy tocaba el viejo cuento de las penas de cárcel y si su duración es suficiente para los criminales, y se han dicho las mismas pamemas de siempre sobre si los etarras deben cumplir sus penas íntegramente, o si salen arrepentidos o no.

Nadie parece atreverse a tratar la cuestión de fondo que no es si los sistemas de redención de penas son aplicables o no, sino si el sistema judicial y las leyes penales tienen algún sentido.

Si a alguien se le ocurriese diseñar un coche que tuviese una altura superior a su base, en primer lugar le llamaríamos loco, y en segundo lugar nadie le haría caso.

En el mundo técnico no suele tener éxito quien va contra la corriente del conocimiento científico, y sin embargo podemos tener un sistema de leyes basado en postulados rotundamente equivocados y a nadie le preocupa.

Cuando se dice que el sistema penitenciario esta diseñado para la redención y reinserción del criminal se está dando por sentado que ese mantra de que todos nacemos iguales y es la sociedad quien nos estropea es la verdad, cuando los estudios sobre el cerebro hace tiempo revelaron que hay quien nace malo, como hay quien nace bajito, o quien nace inteligente, o con tendencia a la calvicie.

La gente acepta tranquilamente que si el abuelo se quedó calvo a los treinta igual le pasará al nieto, pero parece que le cuesta admitir que si el abuelo era un tipo de carácter violento también el nieto tiene muchas posibilidades de serlo.

Y todo esto viene de la religión pero también de las ideas de la Ilustración, ya que unos creen que el carácter y el comportamiento son atributos del alma, y los otros creen que todos venimos al mundo como una pizarra en blanco.

En vano demuestra la ciencia que el cerebro viene tan pre-determinado por el ADN, como la musculatura o el esófago.

Nada, nosotros a lo nuestro, que es vivir según las supersticiones y no según nos va enseñando la ciencia.

Y en el mundo del derecho esto es aún mas acentuado.

Y si el pensamiento dominante es el buenismo, que es una especie de religión laica muy extendida en Europa, entonces estamos condenados a las discusiones estériles sobre si treinta años son muchos o pocos.

Yo estoy seguro que en las cárceles hay gente inofensiva que se han visto en medio de situaciones ingobernables para sus cerebros, o gente que han cometido errores. No soy favorable al pensamiento legal USA que dice que todos los que están en la trena son individuos irrecuperables que deben morir en prisión.

Pero estoy seguro de que efectivamente muchos de los que están en la cárcel, nunca deberían salir. No porque tengan que purgar sus crímenes, sino porque son peligrosos.

Nunca se van a reinsertar y hay que tener el valor de decirlo y de cambiar las bases de nuestro sistema legal.

Ni muchos criminales tienen remedio, ni los multireincidentes de 12 años pueden seguir en la calle con la excusa de que son niños.

Esa es la verdad real, aunque no sea la verdad legal, y hoy existen medios para saber si una persona tiene un carácter criminal, y quienes han cometido un crimen de forma puntual y circunstancial.

No tiene sentido que un multcriminal etarra solo cumpla 31 años y un desgraciado multirobagallinas se pase 35 años, pero esa no es la cuestión.

La cuestión es si uno u otro pueden ser puestos en libertad sin amenazar la seguridad de los demás.

Y eso no se tiene en cuenta en nuestro sistema legal.

1 comentario:

Álvaro Morejón dijo...

A mi me da asco vivir (y tributar) en un país en el que se permite que asesinos multiples vuelvan a pisar la calle.
La reinserción social es para los robaperas y los corruptos. Para los asesinos la unica solución es apartarlos de la sociedad para siempre y sinceramente me da igual la forma en que se haga.