Cada vez me molesta mas tener razón cuando pienso mal.
Y cada vez me molestan mas los "bienpensantes", que con tal de llevar el agua a su molino, nos hacen comulgar con ruedas de molino, y si no nos las tragamos nos acusan de "malpensantes" y de "enemigos de la modernidad".
De entre las causas de los buenistas, ya lo he repetido abundantemente, la que mas estupor y hastio me produce es la de la defensa de las buenas intenciones de los islamistas.
A pesar de las evidencias históricas que nos dicen como el Islam es una ideología expansionista e intolerante, nuestros buenistas, ellos y sobre todo ellas, defienden un supuesto aggiornamiento de los islamistas, que se habría puesto de manifiesto en la reciente ola de revueltas que ha sacudido desde Tunez a Yemen.
No dudo que entre los manifestantes habría algún joven demócrata, pero desde luego yo lo que veía en las imágenes eran multitudes de piadosos musulmanes y musulmanas, ataviados al efecto para que no hubiese dudas.
Y de esa gente nada democrático se puede esperar.
La religión, y en particular la suya, desconoce el sentido del término democracia en su vertiente de respeto a las minorías.
Y una de esas minorías es la cristiana.
Minoría presente en toda la zona, que no lo olvidemos es la cuna del cristianismo.
Los cristianos coptos, maronitas, o como quiera que se les llame en cada país, son los habitantes originales de esos países que no quisieron convertirse cuando los árabes los invadieron.
Siempre ciudadanos de segunda clase, siempre mal vistos, siempre discretos por obligación.
Cuando cayó el imperio otomano, en muchos de los nuevos países, Irak, Siria, Jordania, los cristianos se esforzaron por integrarse en lo que parecía serían estados modernos, y por tanto respetuosos con las personas independientemente de su religión.
Craso error.
Lo que llegó en cuanto los franceses e ingleses se marcharon fueron dictaduras populistas que tomaron a los cristianos como chivos expiatorios de sus fracasos.
Para que hablar de lo que sucedió en Turquía cuando se convirtió en un estado "moderno".
Lo que allí pasó es uno de los grandes genocidios de la historia.
Sus victimas, los griegos, armenios y otros cristianos.
En Egipto, la minoría copta es numerosa aunque la emigración hacia occidente es continua.
Las dictaduras sucesivas han sido protectoras con los cristianos, que suelen ser una gente emprendedora, comerciantes, y algunos adinerados.
Pero ahora esos casi diez millones de personas está a merced de los setenta millones de musulmanes.
Y ha comenzado la persecución en serio con quema de iglesias, asesinatos, atentados, etc.
Los mismos que aquí claman por la integración callan vergonzosamente ante estas atrocidades.
Los mismos que exigen igualdad aquí, allí cogen la antorcha.
No creo que el Islam pueda avanzar si no se exige responsabilidad y contrapartidas a sus militantes.
Y aquí, a los que tanto añoran la entrañable vida musulmana, yo les mandaría a El Cairo, o a Damasco, a ver si allí les aguantan las tontunas.
lunes, 10 de octubre de 2011
Igualdad religiosa
Publicado por Antonio Cordón a las 17:29
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