lunes, 17 de octubre de 2011

La conferencia de San Sebastian

Hay que ser un país tan poco afortunado como España, y una sociedad tan acomplejada como la nuestra para que los medios de comunicación le den tanta bola a un evento de relaciones públicas tan justito como el que se celebra en la capital etarra, o sea Donosti.

Es muy triste, porque de todas las guerras carlistas, o simplemente carlistadas, esta ha sido la menos peligrosa desde el punto de vista militar o incluso político, ya que la campaña por la secesión se estaba llevando en paralelo desde el PNV, y la ETA nunca fué algo mas que una banda de asesinos con la cabeza llena de memeces solo comprensibles desde el aislamiento secular de los valles y villas vascuences.

O sea, que esta carlistada debería haber sido derrotada militarmente hace años, si bien es posible que tal derrota hubiese significado inevitablemente la secesión, y esta vez, apoyada por alguna potencia de las que dicen que son nuestros amigos.

Y es que para derrotar a una organización como la ETA hay que ser muy creativo.

La pura fuerza no basta como se demostró en Argelia, Viet-Nam, y ahora en Irak.

Hay una magnífica película de Guido Pontecorvo, llamada "La batalla de Argel", que conviene ver cuando nos sale el machismo y las ganas de machacar al contrario. (Los americanos la ven para aprender, aunque no parece que les aproveche).

La tesis es fácil: se puede derrotar al terrorismo con sus armas,..., pero el precio es convertir a la población en enemiga.

El coste en Argelia fué la independencia, y en los otros sitios algo parecido.

El método "español" desde el final de los GAL ha sido eficiente y ha terminado por cansar al enemigo, aunque el coste hayan sido mil muertos y el tener que ver a los asesinos en las instituciones. (Como en Irlanda).

Y lo que estamos viendo ahora es una escenificación realizada por una consultora, que me gustaría saber quien ha pagado. (¿El CESID?).

La famosa conferencia es un evento de RRPP al uso con unos invitados de segunda fila para llamar la atención, y la cobertura de unos medios escasamente reflexivos e inmaduros.

Su único propósito es el de dar un espacio y una excusa a un comunicado de la banda en el que puedan dejarlo sin "vergüenza". (Si no les da vergüenza ser unos asesinos no se porque se la tiene que dar ser unos cobardes).

El caso es que se cierra un nuevo capítulo de una historia muy vieja que tiene sus orígenes en la pervivencia de estereotipos tribales en zonas de la península ibérica, y en lo que parece una tendencia compulsiva que empuja de vez en cuando a ciertos vascongados a matar a sus semejantes.

¡Y todo esto en medio de un mundo globalizado!

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