miércoles, 30 de mayo de 2012

En el tobogán

Ayer por la tarde tomaba una cerveza con unos amigos de la empresa y como ya veteranos nos preguntábamos por el futuro, que  ya no es el nuestro sino de nuestros hijos.

Y por mucho que queríamos ser optimistas es que todo pinta de lo mas negro.

Uno de nosotros que se caracteriza por su optimismo visceral pensaba que asistimos a las contracciones propias del nacimiento de una nueva época, una época que ya no es la industrial, sino la del conocimiento.

Como estábamos en una terraza, los mendigos nos asaltaban cada cinco minutos y yo me preguntaba en que lugar de la economía del conocimiento podríamos colocar a los seis millones de personas que ni tienen trabajo ni ya lo esperan.

Porque ese es el problema de la economía del conocimiento; que polariza la riqueza en los que lo tienen todo y los que no tienen acceso ni a las migajas del banquete.

Hoy el periódico "El País" insiste en el tema de los profesionales del conocimiento, y de como se van a desenvolver sus vidas en un mundo global y tal.

Todo muy bonito, pero ¿que piensan hacer nuestros apologetas del conocimiento con toda esa masa de gente que no ha cogido un libro en su vida?

¿Y qué con los que solo leen novelas románticas o comics?

Y mientras nos tomamos las cervezas rodeados de mendigos, la bolsa sigue hundiendose y hoy veo que Telefónica está por debajo de nueve euros cuando hace poco su precio objetivo era 18 o 20, y el gobierno español comienza a dar signos de desconcierto como los boxeadores sonados.

Y esta mañana hablo con otro amigo emprendedor y optimista y por primera vez me reconoce que piensa que la crisis española va para varios años, (como yo ya le había dicho hace meses), y que la salida para los jóvenes españoles va a ser marcharse a Latino America.

Lo mas gracioso ha sido lo del ministro español de asuntos exteriores que se va a Londres a "arreglar" la "crisis" del Peñón y allí le dicen, "mira Pepito, deja de joder y deja que se arreglen entre los pescadores y el alcalde de hibraltah, anda guapo".

Y por esa gilipollez de unas sardinas no dejaron ir a la Reina al fiestorro de las monarquias.

Ya digo, están mas perdidos que un avestruz en un garaje.

¿Cuanto tiempo va a pasar sin que tengamos un gobierno de técnicos?

Y...¿quienes serían esos técnicos? 

1 comentario:

El Abuelo dijo...

Me quedo (para mí y para mi Twitter)con estas frases:

"Como estábamos en una terraza, los mendigos nos asaltaban cada cinco minutos y yo me preguntaba en que lugar de la economía del conocimiento podríamos colocar a los seis millones de personas que ni tienen trabajo ni ya lo esperan.

Porque ese es el problema de la economía del conocimiento; que polariza la riqueza en los que lo tienen todo y los que no tienen acceso ni a las migajas del banquete."

Hasta pronto