miércoles, 4 de diciembre de 2013

Pisa morena

Cada año tenemos ocasión de meditar sobre el estado de la educación en España, la educación entendida como el conocimiento de nuestros escolares, y no sobre su capacidad de comportarse en público.

La cosa da para unas horas de fustigación periodística y tertuliana, y para alguna excusa de los responsables autonómicos de la cosa, y en esta ocasión, como hay una nueva Ley de Educación recién estrenada, a la afirmación por parte del responsable ministerial, de que con la nueva Ley estamos "en el buen camino".

La verdad es que llevamos varios siglos que no levantamos cabeza.

Pero más allá de leyes y de encuestas, de todos estos datos se podrían extraer algunas conclusiones que nos ayudasen a entender porqué no levantamos cabeza, o mejor dicho, quienes no levantamos cabeza.

No recuerdo quien dijo aquello de "viaje usted más y lea usted menos", pero en este caso hay que darle la razón.

Porque las explicaciones de los resultados de Pisa están más en la calle que en los números.

Dice Pisa que en España, el 83% de las diferencias entre regiones es atribuible a las diferencias de renta: comunidades más ricas tienen mucho mejor resultado que comunidades más pobres. Navarra mucho mejor que Andalucía.

Lo mismo podría aplicarse a barrios dentro de una ciudad: mejor el barrio de Salamanca que Vallecas. (Esto no lo pone el informe, pero seguro que es así).

Pero yo francamente no creo que sea una cuestión de la renta. Lo que muestran esos datos es la diferencia entre las expectativas de unos chicos y otros.

Si uno nace en una zona donde la expectativa de empleo es ser camarero o albañil, el incentivo para estudiar es muy pequeño. Si uno nace en una zona donde hay industria y actividad económica variada, el incentivo para aprender y alcanzar una posición superior es muy alto.

Y en España hay muchas zonas al sur de Madrid, donde la expectativa profesional está fuertemente reducida.

Al sur de Madrid, dejando al margen las burguesías locales que acaparan los puestos "buenos" muchas veces ligados a fondos públicos, ¿que hay para los demás? ¿Estudiar para qué?

Se puede objetar que siempre hay quien a base de esfuerzo sale adelante, y eso es cierto, pero ¿en cuantos casos?

Y no olvidemos que la estadística mide los grandes números. No las excepciones.

Cuando hice la "mili", yo creía conocer España. (Tenía 25 años y había terminado la carrera). Mi sorpresa fue mayúscula cuando comprendí que la idea que yo tenía, desde mi educación de clase media madrileña, era totalmente alejada de la realidad.

Yo ya sabía que los universitarios no éramos la mayoría, (aunque a veces lo pareciese al examinar nuestras relaciones personales). Lo que no me podía imaginar es que en algunas provincias lo normal era un casi-analfabetismo funcional. (Huelva, Cádiz, Orense, Canarias...).

Y me llamó la atención la falta de "ambición" de aquellos chicos. Para ellos ser camareros o albañiles era su meta. Algunos solo querían volver al pueblo.

España ha cambiado mucho desde los años setenta,...pero no tanto.

No basta con poner más colegios e institutos. Si los chicos no ven un futuro ligado al hecho de estudiar, no van a estudiar. Y no es cuestión de renta. La renta ha aumentado de forma espectacular en todas partes.

Yo estoy seguro que si el Informe Pisa descendiese a barrios, veríamos que en los barrios de clase media de toda España, el nivel no se diferencia mucho de los correspondientes barrios de Francia o Italia. Y si tomásemos los barrios de clase baja sucedería lo mismo. (Véase el libro "Wilt" de Tom Sharpe sobre la educación de las clases bajas inglesas).

Lo que pasa es que las clases medias tienen más o menos el tamaño de las economías productivas, y eso es lo que falla en nuestro país: que nuestro sistema económico-productivo es pequeño y se empobrece.

Si se quiere saber el porqué de Pisa, hay que mirar hacia arriba y no hacia abajo: a los incentivos para estudiar. No a los planes de estudio.

 

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