viernes, 6 de diciembre de 2013

Unas palabras sobre Madiba

Cuando muere alguien como Nelson Mandela, se produce tal catarata de almibar que resulta empalagoso y estomagante.

Ya en vida recibió Mandela un tratamiento que más que a un político se debía a un santo, una especie de arquetipo de todo lo bueno, en el que se volcaron las malas conciencias "a posteriori" crecidas en torno a otros personajes como Martin Luther King, que no llegaron a vivir el éxito de sus ideas.

Hoy se escuchan cosas que reflejan el desconocimiento que existe en el mundo occidental sobre Africa en general y sobre la República Sudafricana en particular. Desde que era alguien salido "de la selva" hasta que representaba la lucha contra la esclavitud.

Mandela era un chico de buena familia que se educó en la universidad, segregada pero existente, como abogado.

Desde joven se inició en la lucha contra la segregación racial, como anteriormente lo había hecho también Mathama Ghandi, que era otro abogado sudafricano antes de convertirse en el líder del Partido del Congreso de la India. (No hay que olvidar que el partido de Mandela se llama Congreso Nacional Africano).

Y creo que la experiencia de la independencia del subcontinente indio le marcó profundamente.

No se trata de tener buenas intenciones solamente, ni siquiera de tener razón: hay que saber manejar las situaciones explosivas para que no se vayan de las manos. (Como ocurrió en la India cuando hindúes y musulmanes se lanzaron a degollarse en masa).

Mandela sabía que lo mismo podía pasar en Sudáfrica, donde la minoría blanca no solo estaba armada, (y lo sigue estando), sino que estaba aterrorizada, (y lo sigue estando).

Y además los poderes que auspiciaron el fin del apartheid no iban a ver con buenos ojos una matanza de blancos como las que sucedieron en Congo o en Kenia.

También había que evitar una fuga masiva del conocimiento del país para no retornar a situaciones como las que se han vivido en tantos países africanos, donde se ha pasado de tener carreteras, hospitales y alumbrado público a situaciones de caóticas y descontroladas, que han llevado a países como Zimbaue, de ser el granero de Africa a ser un infierno.

Todo eso lo sabía Madiba, y tuvo la sangre fría y el coraje de no dejarse llevar por los extremistas de su partido y conducir a su país a la edad media.

El prefirió sacarlo "del valle de las sombras" como dijo en su primer discurso como Presidente.

Mandela nos enseña que se puede ser político y ser inteligente. Que se puede poner los intereses generales delante de los sentimientos personales.

Hoy Sudáfrica es una sociedad muy difícil porque los que han sucedido a Madiba no están a su altura.

La corrupción crece, la criminalidad es enorme, los blancos que pueden emigran, y todos enfrentan un futuro incierto, agravado por la emigración decontrolada de sus vecinos.

He conocido muchas personas en Sudáfrica y sé que hoy estarán muy asustadas.

Espero que el tiempo no les de la razón.        

  

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