Nokia, la empresa líder en la venta de teléfonos móviles, ha presentado hoy su nuevo terminal, el Booklet 3G. Esto no sería una noticia especialmente destacable sino fuera porque esta vez no se trata de otro teléfono más, sino de un ordenador portátil, un netbook. ¿Y qué hace Nokia metiéndose en el mundillo de las computadoras? ¿Acaso quieren competir contra HP o Dell? La iniciativa tiene 2 claras razones de ser, estrechamente ligadas.
Primeramente, en el mundo en el que vivimos los teléfonos móviles son cada vez menos teléfonos y más ordenadores portátiles. Muestra de ello es ver cómo tradicionales fabricantes de computadores lanzan terminales telefónicos, véase Apple y su revolucionario (¡hace ya 2 años!) iPhone. La función de llamada comienza a quedar relegada al anonimato en el uso que se hace de los terminales, más enfocados en su utilidad como cámaras de fotos, dispositivo de acceso a Internet, reproductor musical o centro de juego. Los usuarios así lo demandan, y lo fabricantes se acoplan a ello.
En este sentido, bajo mi punto de vista Nokia ha cometido 2 errores: por un lado, ha tratado de introducir indiscriminadamente funcionalidades en sus terminales, convirtiéndolos en auténticos dispositivos que hacen muchas cosas, todas ellas de forma mediocre; y por otro, su SO, el Symbian, no ha sabido avanzar a la velocidad necesaria para asimilar esta carga.
El segundo aspecto sería la propia aparición de los netbooks, portátiles ligeros y poco potentes, ideales para navegar la Red y ser llevados de un lado para otro. Estos miniordenadores son ideales para conectarse a Internet a través de un módem USB, que utilizan la red 3G, la de los móviles, para tal menester. Las operadoras han visto aquí una forma de ampliar su negocio e, igual que subvencionan teléfonos móviles, ahora subvencionan portátiles para promocionar aquello que les ha dado por llamar el Internet móvil. Por ello, demandan a los fabricantes este tipo de dispositivos con los que poder atraer a unos clientes cada vez más complicados de capturar.
Así pues, podemos observar como Nokia se "obligado" a lanzar un portátil porque ambos, sus consumidores (el público usuario) y sus clientes (las operadoras), así se lo demandan. El propio nombre del ordenador lo dice todo: Booklet 3G. Una libreta (frente a un ordenador portátil o notebook) pensado para el Internet 3G. Creo que aquí los finlandeses aciertan, a falta de ver el ordenador funcionando y comprobar su versatilidad.
Primeramente, en el mundo en el que vivimos los teléfonos móviles son cada vez menos teléfonos y más ordenadores portátiles. Muestra de ello es ver cómo tradicionales fabricantes de computadores lanzan terminales telefónicos, véase Apple y su revolucionario (¡hace ya 2 años!) iPhone. La función de llamada comienza a quedar relegada al anonimato en el uso que se hace de los terminales, más enfocados en su utilidad como cámaras de fotos, dispositivo de acceso a Internet, reproductor musical o centro de juego. Los usuarios así lo demandan, y lo fabricantes se acoplan a ello.
En este sentido, bajo mi punto de vista Nokia ha cometido 2 errores: por un lado, ha tratado de introducir indiscriminadamente funcionalidades en sus terminales, convirtiéndolos en auténticos dispositivos que hacen muchas cosas, todas ellas de forma mediocre; y por otro, su SO, el Symbian, no ha sabido avanzar a la velocidad necesaria para asimilar esta carga.
El segundo aspecto sería la propia aparición de los netbooks, portátiles ligeros y poco potentes, ideales para navegar la Red y ser llevados de un lado para otro. Estos miniordenadores son ideales para conectarse a Internet a través de un módem USB, que utilizan la red 3G, la de los móviles, para tal menester. Las operadoras han visto aquí una forma de ampliar su negocio e, igual que subvencionan teléfonos móviles, ahora subvencionan portátiles para promocionar aquello que les ha dado por llamar el Internet móvil. Por ello, demandan a los fabricantes este tipo de dispositivos con los que poder atraer a unos clientes cada vez más complicados de capturar.
Así pues, podemos observar como Nokia se "obligado" a lanzar un portátil porque ambos, sus consumidores (el público usuario) y sus clientes (las operadoras), así se lo demandan. El propio nombre del ordenador lo dice todo: Booklet 3G. Una libreta (frente a un ordenador portátil o notebook) pensado para el Internet 3G. Creo que aquí los finlandeses aciertan, a falta de ver el ordenador funcionando y comprobar su versatilidad.