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miércoles, 24 de noviembre de 2010

En perspectiva...

Para mí Spotify cambió la forma en que escucho música. Igual que me cambió cuando compré mi primer iPod y empecé a usar el iTunes hace ya 4 años. Con una biblioteca musical inmensa bajo las yemas de mis dedos, mis auriculares están sonando siempre al ritmo de los temas que me acompañan en el trabajo, en el coche o en el metro, rara vez repitiendo melodía. ¿Qué escucho por ahí una canción que me gusta? Rápidamente la busco en Spotify y la añado a mi lista de reproducción.

Para mí el modelo de servicio de Spotify indica el camino que deben de seguir los contenidos. Ya no son productos individuales, que compras de uno en uno o agrupados en CDs, sino que se ofrecen en forma de servicio de entretenimiento o información, a cambio de un precio razonable.

Sin embargo hoy leo que Spotify ha perdido más de 19 millones de dólares en 2009 y no puedo evitar un temblor que me recorre la espalda. ¿Realmente conseguirán las discográficas matar su única esperanza de futuro? ¿Conseguirán perpetuar un modelo de negocio caduco frente a uno innovador?

Se estima que el servicio tiene 10 millones de usuarios, 500.000 de ellos de pago. Eso es un 5%, que no parece suficiente para correr con todos los gastos que genera la compañía. Sin embargo, aún queda esperanza. Estamos ante un modelo de negocio claramente condicionado por el hito de superación de la barrera del número crítico de usuarios. Por cada nuevo consumidor de música, el coste aumenta de manera despreciable, pero si uno de cada 20 paga, al final muchos deberían sumar para cuadrar las cuentas.

Esperemos que así sea y que este se demuestre como un negocio viable. No querría volver a los tiempos de buscar en mp3 las canciones que me gustan. Y mucho menos volver aún más atrás y ni siquiera descubrir nuevos grupos o temas por no tener acceso a ellos.

El negocio es el servicio.


Editado: Corrijo el link a la lista de reproducción del Spotify, ¡que no funcionaba!

lunes, 3 de mayo de 2010

Spotify da 2 pasos hacia delante

Hace ya bastante tiempo que vengo usando Spotify, tanto en mis distintos ordenadores como en el iPhone, primero como usuario regular y, desde hace unos meses, como usuario premium. Es un servicio que me tiene encantado y que representa el que para mí será el principal modelo de negocio alrededor del contenido en un futuro no muy lejano: consume todo lo que quieras de una variedad infinita a cambio de una cuota mensual. Únicamente encontraba 2 puntos flacos en la aplicación y justo han sido los objetivos de su nueva actualización. Estoy de suerte.

Por un lado está el aspecto social del servicio. Si bien no es realmente un defecto, sí que es una característica que ya había echado en falta con anterioridad. Conocer qué es lo que escuchan tus amigos y qué listas de reproducción crean eran funcionalidades que estaba convencido que tenían que llegar tarde o temprano. No obstante, aún le quedan unas cuantas pinceladas de mejora, ya que los artistas y canciones favoritos no reflejan la realidad al basarse en tu actividad más reciente...

La forma de hacerlo me ha parecido de lo más acertada, a través de la red social Facebook. En una alianza positiva para ambas partes, ahora puedo conectarme con la "vida en Spotify" de mis amigos, todos ellos con perfil en Facebook. ¿Para qué partir de cero en la creación de una capa social si se puede rentabilizar una que ya funciona perfectamente?

El otro punto flaco que para mí siempre ha presentado Spotify era que no contenía toda "mi música" (si es que este adjetivo sigue teniendo sentido hoy en día aplicado a un contenido). Parte de ella estaba en el iTunes, en mi ordenador de casa, y parte en Spotify, acompañándome allá donde fuera. Con la inclusión de los archivos locales a la aplicación, se elimina esta dualidad (al menos en mi ordenador casero), poniendo a mi disposición una biblioteca mucho más amplia y completa. Se agradece sobre todo para las canciones de las que Spotify no tiene los derechos y para las listas de reproducción que ya me había creado previamente.

Este movimiento me parece tremendamente inteligente por parte del servicio musical. De esta manera, se aseguran que el usuario les use a ellos como "puerta de acceso" a la música, como interfaz, evitándole tener que elegir entre dirigirse al archivo local o a la nube. Como la música en local no se puede subir a la nube (bajo riesgo de que a las entidades gestoras de derechos les dé un síncope), el siguiente paso lógico sería relacionar esas canciones locales con sus homónimos de Spotify, tratando de replicar en la nube lo que uno tiene su disco duro.


Edito: Acabo de descubrir que esto se puede hacer. Las listas de reproducción importadas del disco duro se relacionan con canciones de Spotify para que se puedan escuchar desde cualquier ordenador. Mola :-)


Genial movimiento el de Spotify, que nos acerca un poco más el consumo de música tal y como yo lo veo en un futuro. Paso a paso se van desmarcando de la competencia y erigiendo como los campeones en el contenido musical, aunque seguro que no tardaremos en ver reacciones de otros players tales como Apple, al que no le hará gracia que los usuarios se distancien del iTunes.

martes, 15 de septiembre de 2009

Spotify en el iPhone

Hace ya un par de semanas ocurrió lo que muchos poseedores de un iPhone llevaban esperando desde hacía meses. Spotify, uno de los mejores servicios para escuchar música en streaming, por fin llegaba a uno de los mejores teléfonos del mercado. No obstante, la alegría no ha sido plena, y ya han sido más de una las voces que se han levantado para quejarse que aquello no es lo que uno se había imaginado.

A través de una interfaz más que interesante, se le abre al usuario un amplio catálogo musical al cual puede acceder desde cualquier lugar y en cualquier momento. Ni siquiera hace falta una conexión permanente a Internet, ya que existe la posibilidad de "descargar" la música para escucharla offline. Al fin y al cabo, ¿para qué necesitas tener tantos GBs de música descargados en tu disco duro si puedes acceder a prácticamente toda ella al instante? Por no hablar del potencial que tiene este servicio como red social, compartiendo listas de reproducción y canciones escuchadas en el momento. Una vez más, la accesibilidad prima como la característica más demandada por los usuarios.

Sin embargo, si tú eras de los que accedía a este servicio desde tu ordenador de forma gratuita, sin pagar un €, podrás unirte a las hordas de consumidores que protestan porque la versión móvil sólo está disponible para los usuarios premium. Aquí ya entra el variopinto mundo de las opiniones, pero pagar 10€ mensuales para acceder a tamaña discoteca a mí no me parece mal negocio desde la perspectiva del usuario. No entiendo que dicho precio sea por las canciones, sino por el valor del acceso a las mismas.

Varias voces críticas alegan que ya están pagando por la música. En concreto 15, 20 ó 25€ que se cobra religiosamente de manera mensual la operadora que les proporciona el acceso a Internet móvil. Pero creo que es razonamiento erróneo, que confunde el servicio con la distribución del mismo. Las redes de las operadoras son necesarias, porque sin ellas ningún servicio sobre la Red tendría lugar, y requieren de una profunda inversión. El pago por su uso es totalmente razonable, como base a otros servicios, ya sean también de pago o no.

El modelo de negocio de Spotify combina la subvención mediante publicidad con la expedición de cuentas premium de pago. Me imagino que tratarán de seguir la regla del Pareto, con un 20% de pagadores que aportan el 80% de los ingresos. Con el salto restringido al mundo móvil van a tratar de incrementar los porcentajes a su favor, ofreciendo un servicio de pago más interesante que puede atraer a muchos de aquellos usuarios que accedían de forma gratuita en el ordenador. De esta manera se consiguen depender algo menos de la publicidad en Internet, un mundo de grandes posibilidades pero que aún falta por explotar de manera óptima.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Last.fm se hace de pago

El otro día estaba en una fiesta y se planteó el momento de elegir la música. En vez de optar por un CD o la radio, rápidamente las miradas se volvieron hacia al ordenador portátil y la conexión a Internet. Ya hay varios sitios web, algunos realmente buenos, que te permiten escuchar música en streaming y, lo mejor de todo, la gente los conoce y recurre a ellos. En un principio íbamos a usar Last.fm, pero a mí me gusta más Spotify, sobre el que hicimos una lista de reproducción bastante chula.

Hoy Last.fm anuncia que se hace complemtamente de pago. Si ya existía un modelo premium por el que había que pagar para no recibir publicidad y tener acceso a algunos servicios extra, ahora ya hay que pagar 3€ al mes por tener servicio básico, excepto en UK, EEUU y Alemania. Curioso lo de estas 3 excepciones, me pregunto por qué será que excluyen a los que son probablemente sus mercados más grandes. ¿Un test previo antes de tomar la medida de forma global?

Internet ha vivido hasta ahora en el mundo del "todo gratis", generando una burbuja sobre los restos de la que ya estalló en el 2000. Nadie quiere pagar por nada y todo se subvenciona a base de publicidad. Yo no sé vosotros, pero yo creo que no habré clickado en un anuncio más de 10 veces en mi vida, y me considero un usuario bastante intensivo. Claramente, esto no podía aguantar.

Hoy es Last.fm, pero pronto seguirán otr@s. Obviamente, no todo se hará de pago. Como he leído también en Error500 (¡qué gran blog!), contenidos como el texto de los periódicos, que existen en abundacia y son de consumo rápido y de una sola vez, va a ser difícil cobrarlos. Pero casos como la música o las películas sí que tendrán que ser de pago o muy subvencionadas con publicidad. Mucho más que ahora. Ahora, el modelo vencedor claramente es la subscripción periódica y la tarifa plana. El cobro por una canción o una película creo que no tiene futuro frente a la compartición masiva de archivos, que ya nunca nos abandonará.

Nunca he sido muy fan de Last.fm, pero sí que lo soy de Spotify. Y tengo claro que acabaré pagando por el servicio de música que me ofrezca todo lo que quiero, cuando quiera y donde quiera, todo sobre la Red, sin necesidad de almacenar archivos. Habrá que pagar 3 ó 10 €, pero sinceramente, para mí tener toda la música del mundo al alcance de mi iPod tiene ese valor, y más.