jueves, 20 de septiembre de 2007

El cazador cazado

Es curiosa la hipocresía que reina en nuestro tiempo. Bajo el manto de lo "políticamente correcto" y las "luchas políticas" se pueden englobar gran cantidad de acciones que, una vez descubiertas del manto, destacan por sí solas. Como comentaba ayer, falta normalidad entre los dirigentes, tanto de entes públicos como privados.

Existe una empresa, llamada Mediadefender, dedicada a la "seguridad y contrainteligencia" para las discográficas. Es decir, trata de proteger la cultura contra su dispersación, que la gente no comparta, que es malo. Tampoco se les puede culpar a ellos, al fin y al cabo tan sólo se ganan la vida ofreciendo un servicio.

La cuestión es que recientemente les han reventado la seguridad y han accedido a gran parte de los mails que tenían almacenados. Según van avanzando los análisis sobre los mismos, emergen grandes sorpresas.

La última, que las discográficas piden a esta empresa también que les informen de qué tal van las descargas de ciertas canciones, con el pronóstico de lanzarlas como singles.

Una actuación perfectamente normal, haciendo uso de las oportunidades que nos ofrece Internet. La cuestión es la gran carga de hipocresía que conlleva. Tanta lucha en contra, tanta "piratería", tanto "nos vamos a arruinar", y luego la realidad refleja otras verdades.

Por favor, dirigentes de grandes discográficas. Sean más normales. Acepten el nuevo entorno que rodea su mundo. Den al público lo que el público quiere, no lo que ustedes quieren. Beneficiense de las nuevas oportunidades y dejen a los amantes de la música beneficiarse. Sí, no será tan fácil crear un nuevo "triunfito", pero los artistas que realmente se merecen una oportunidad, lo tendrán un pelín más fácil.

Dejen que el público elija y decida. Sí, estamos de acuerdo. Es más fácil y conveniente marcar qué tiene que gustar. Pero el pueblo empieza a coger más y más fuerza, y no se puede parar.

Cambien o mueran. Como todos.

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