jueves, 7 de abril de 2011

Juventud sin futuro

Está comenzando en estos momentos una manifestación en la Plaza de Antón Martín, aquí en Madrid, convocada por un grupo que se autodenomina Juventud sin Futuro.

Parece que el lema es "Esta crisis no la vamos a pagar".

La verdad es que cada vez siento una mayor ternura por estos movimientos juveniles que pretenden parar el mundo con eslóganes tontorrones como este.

Lamentablemente esta crisis si la van a pagar los jóvenes, y los pensionistas, y la clase media, y muchos otros colectivos que tenemos que re-orientarnos para encarar el mundo nuevo que no es que venga sino que ya está aquí.

Lo de no tener futuro no es nuevo.

De hecho en los setenta el grupo "punk" Sex Pistols, berreaban una canción llamada "God save the Queen", cuyo estribillo era precisamente "no future, no future for you", y para que hablar de aquellas otras generaciones a las que les tocó pasar la juventud en una trinchera, o en un régimen totalitario.

Si el futuro parece hoy poco apetecible es culpa probablemente mas de nuestras expectativas que de la realidad de la situación.

No parece razonable que esperemos mantener los actuales niveles de consumo del mundo desarrollado, y mucho menos que se sumen a la orgía las masas hasta ahora desheredadas de Asia y América Latina. Eso no puede pasar.

Tampoco es razonable que España, que nunca ha podido generar empleo para su población autóctona, haya incrementado su población en un diez por ciento, gracias a las desdichadas leyes del Sr. Caldera, que ahora desde una fundación llamada "Ideas" pontifica sobre energía. (Hay personajes siniestros intrínsecamente).

Y finalmente nunca ha tenido sentido basar nuestro crecimiento económico en los servicios y la construcción.

Y ya he hablado innumerables veces de la hipertrofiada universidad española que produce licenciados para el vacío.

Lamentablemente para los participantes en la manifestación no es que no haya futuro, es que el futuro que les espera a muchos de ellos es muy chungo.

Y es que el futuro siempre existe, (de momento). El problema es que lo que no siempre existe es el crecimiento, la mejora y el bienestar.

Por lo demás todo tiene consecuencias, la crisis también, y esas consecuencias siempre las pagan los menos preparados.

No es justo, pero ¿quien ha dicho que la vida está regida por la justicia?

1 comentario:

El Abuelo dijo...

Qué buena entrada.