Hace varios meses solicité una cuenta de pruebas para Voddler, uno de los servicios de vídeo en la red que se avecinan para el año que viene y que tanto tiempo llevamos demandando. Normalmente no tengo suerte y no consigo entrar en estas cosas, pero esta vez me sorprendieron con un mail informándome de que podía crearme la susodicha cuenta de prueba.
Voddler es un Spotify del vídeo, para entendernos. Un servicio en el que tú eliges qué película, serie o documental quieres ver de su oferta, preparas las palomitas y te sientas a disfrutar. El 80% de su catálogo es gratuito, con publicidad periódica insertada, y el 20% restante (las novedades) a precios que, por lo que he visto, rondan los 2,5€ y 4€. El uso es sencillo e intuitivo, aunque requiere la instalación de una pequeña aplicación en el ordenador, punto que sin duda puede suponer una pequeña barrera de entrada para el usuario menos avezado.
El catálogo actualmente es de pruebas, muy corto y de películas de escaso interés. No obstante, se espera que éste vaya creciendo con el tiempo y que, para el momento de su apertura de puertas, tenga un tamaño aceptable. Una funcionalidad que me parece destacable es Publish, que permite enviarles películas para que sean distribuidas a través del servicio, una interesante propuesta para films independientes que se quieran dar a conocer al púbico.
Sin embargo, algo que no me gusta es que una película en versión original y en versión doblada son dos vídeos distintos, en vez de una opción sobre un mismo contenido. Además, las opciones de idioma de doblaje y subtítulos son muy escasas, y estos últimos tienen una calidad claramente mejorable. Hay que aprovechar mejor las capacidades que ofrece el mundo digital.
La calidad de vídeo es buena, al menos para ver en el ordenador. No lo he conectado a la TV, pero me da la sensación de que se verá como un vídeo de 2 horas en 800MB: decente, pero no suficiente. Por lo que he curioseado, habrá una suscripción premium que te permitirá ver los vídeos en HD a 720p. Una pena que no lleguen a los 1080p.
Voddler actualmente sólo vive en el ordenador, al menos en España. En Escandinavia sí que hay aplicaciones para tabletas y smartphones, que es de suponer que tarde o temprano llegarán a España. No obstante, el vídeo tiene su sitio en la televisión y hacia allí deberían dirigirse. En la web tienen una sección que explica cómo conectar el ordenador al televisor, pero esa opción no constituye una buena experiencia para el usuario. Alcanzar una alta penetración en el mercado para por ser lo más amigable posible y para ello deberían cerrar acuerdos con fabricantes de set-top boxes y televisores que les hagan de interfaz con el consumidor: Boxee, XBox, PlayStation, Samsung, Western Digital... La preinstalación en estos dispositivos es clave a la hora de ganar usuarios y alcanzar masa crítica.
También se atisban funcionalidades sociales en el servicio, que hoy en día ya se han convertido en indispensables en la red. Se pueden valorar vídeos, seguir a otros usuarios, marcar favoritos... Todo lo necesario para poder descubrir nuevos contenidos y beneficiarse del crowdsourcing, mucho más sabio que cualquier inteligencia artificial (hasta ahora).
Es una pena que no ofrezcan cuotas all-you-can-eat ni siquiera bajo la suscripción premium, que está más orientada a ahorrarse la publicidad y tener acceso a contenidos y calidades exclusivas. El éxito de este tipo de servicios pasa por que el usuario se pueda despreocupar sobre qué puede ver y qué no a cambio de una cuota y por que el tamaño del catálogo sea tan extenso que se puedan pasar por alto las inevitables ausencias.
En definitiva, el servicio pinta bien y va en la dirección que muchos esperamos. Pero aún tiene varios detalles mejorables y el modelo me ofrece dudas, siendo yo más partidario de la tarifa plana por poder acceder a todo el catálogo.
Voddler es un Spotify del vídeo, para entendernos. Un servicio en el que tú eliges qué película, serie o documental quieres ver de su oferta, preparas las palomitas y te sientas a disfrutar. El 80% de su catálogo es gratuito, con publicidad periódica insertada, y el 20% restante (las novedades) a precios que, por lo que he visto, rondan los 2,5€ y 4€. El uso es sencillo e intuitivo, aunque requiere la instalación de una pequeña aplicación en el ordenador, punto que sin duda puede suponer una pequeña barrera de entrada para el usuario menos avezado.
El catálogo actualmente es de pruebas, muy corto y de películas de escaso interés. No obstante, se espera que éste vaya creciendo con el tiempo y que, para el momento de su apertura de puertas, tenga un tamaño aceptable. Una funcionalidad que me parece destacable es Publish, que permite enviarles películas para que sean distribuidas a través del servicio, una interesante propuesta para films independientes que se quieran dar a conocer al púbico.
Sin embargo, algo que no me gusta es que una película en versión original y en versión doblada son dos vídeos distintos, en vez de una opción sobre un mismo contenido. Además, las opciones de idioma de doblaje y subtítulos son muy escasas, y estos últimos tienen una calidad claramente mejorable. Hay que aprovechar mejor las capacidades que ofrece el mundo digital.
La calidad de vídeo es buena, al menos para ver en el ordenador. No lo he conectado a la TV, pero me da la sensación de que se verá como un vídeo de 2 horas en 800MB: decente, pero no suficiente. Por lo que he curioseado, habrá una suscripción premium que te permitirá ver los vídeos en HD a 720p. Una pena que no lleguen a los 1080p.
Voddler actualmente sólo vive en el ordenador, al menos en España. En Escandinavia sí que hay aplicaciones para tabletas y smartphones, que es de suponer que tarde o temprano llegarán a España. No obstante, el vídeo tiene su sitio en la televisión y hacia allí deberían dirigirse. En la web tienen una sección que explica cómo conectar el ordenador al televisor, pero esa opción no constituye una buena experiencia para el usuario. Alcanzar una alta penetración en el mercado para por ser lo más amigable posible y para ello deberían cerrar acuerdos con fabricantes de set-top boxes y televisores que les hagan de interfaz con el consumidor: Boxee, XBox, PlayStation, Samsung, Western Digital... La preinstalación en estos dispositivos es clave a la hora de ganar usuarios y alcanzar masa crítica.
También se atisban funcionalidades sociales en el servicio, que hoy en día ya se han convertido en indispensables en la red. Se pueden valorar vídeos, seguir a otros usuarios, marcar favoritos... Todo lo necesario para poder descubrir nuevos contenidos y beneficiarse del crowdsourcing, mucho más sabio que cualquier inteligencia artificial (hasta ahora).
Es una pena que no ofrezcan cuotas all-you-can-eat ni siquiera bajo la suscripción premium, que está más orientada a ahorrarse la publicidad y tener acceso a contenidos y calidades exclusivas. El éxito de este tipo de servicios pasa por que el usuario se pueda despreocupar sobre qué puede ver y qué no a cambio de una cuota y por que el tamaño del catálogo sea tan extenso que se puedan pasar por alto las inevitables ausencias.
En definitiva, el servicio pinta bien y va en la dirección que muchos esperamos. Pero aún tiene varios detalles mejorables y el modelo me ofrece dudas, siendo yo más partidario de la tarifa plana por poder acceder a todo el catálogo.
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