miércoles, 23 de noviembre de 2011

¡Pobre Rajoy!

Es conmovedor el respeto taumatúrgico que produce en los españoles la política.

Venían repitiendo machaconamente los comentaristas que la presión de los mercados era debida a una cuestión de confianza y que una vez elegido el nuevo gobierno, automáticamente remitiría la presión sobre los tipos de ineteres que tenemos que pagar a los prestamistas a los que acudimos para refinanciar nuestras deudas.

Naturalmente dicha presión no ha remitido y ahora los mismos comentaristas dicen que es porque el nuevo gobierno aún no se ha nombrado ni ha tomado posesión.

Después dirán que es porque las medidas aún no han dado sus frutos, y así siempre.

La realidad es que los prestamistas piden cada día mas por una sencilla razón: saben que no tenemos mas remedio que pagar lo que nos digan.

Curiosamente a los griegos ya les piden menos. ¿Curiosamente?

Nada de eso.

Se trata de la misma lógica prestamista. Como Grecia está intervenida, los prestamistas saben que pasado un límite intervienen las autoridades europeas y se pierde la oportunidad.

Nuestro problema no es de cuantía de deuda sino de capacidad de sufragarla. Vamos, que somos unos insolventes.

Hoy dice "El Confidencial" que según el Ministerio de Hacienda, mas del 60% de los españoles con trabajo son mileuristas o menos.

Con esos mimbres ya me contarán que clase de servicios podemos tener en el país, y que clase de impuestos podemos pagar.

Esto de la España en la primera división europea ha sido un sueño del que estamos despertando poco a poco con asombro e indignación.

Pero yo me pregunto si sería posible que de este depertar con tremenda resaca pudiésemos al menos aprender a confiar menos en los sucesivos gobiernos y mas en nuestra capacidad para dirigir nuestras vidas. Mas en nosotros como sujetos activos de la sociedad y menos en los poderes taumatúrgicos de unos individuos que como se puede ver en esta crisis están tan perdidos como el que mas.

A Rajoy se le va a exigir la imposible tarea de resolver una situación insostenible a la que se ha llegado por la suma de las irresponsabilidades de muchos. De muchísimos.

De políticos y de ciudadanos.

Y con él van a venir los de la derecha de siempre, que en este país tradicionalmente han pensado que todo se resuelve "poniendo a los de abajo en su sitio".

No le arriendo la ganancia a este político moderado que ha tenido que sobrevivir a los tiburones de esa derecha con los que ahora tendrá que convivir.

De momento los obispos ya le han ofrecido su apoyo.

¡Pobre Rajoy!

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