jueves, 3 de enero de 2013

El asunto Carromero

En el nuevo año, como en el anterior, y en muchos mas me temo, uno de los temas candentes es y será la credibilidad de la clase política. Mejor dicho, su falta de credibilidad.

Es muy dificil infundir optimismo a la población cuando esa población piensa que eres un chorizo, o en el mejor de los casos que barres para casa.

Todos sabemos que el principal problema a que se enfrenta este país es el absurdo y disparatado estado de las autonomías, creado para satisfacer a catalanes y vascos, y que ha conseguido generar una clase política descomunal atrapada en redes de clientelismo mas propias de Nigeria que de Europa.

Todos sabemos que el déficit del estado se fundamenta principalmente en la incapacidad de esa clase política para hacer lo que debe y no lo que le conviene.

Y todos sabemos que nadie va a poner el cascabel al gato, porque sencillamente los políticos no van a recortarse sus minutas y sus privilegios.

Y en estas tenemos el asunto Carromero, que es una prueba palpable del nepotismo de la clase política y de su falta de vergüenza para actuar como clanes clientelares ajenos a la realidad de la población.

El tal Carromero es un ejemplo paradigmático de lo que son la mayoría de los políticos de este país: indocumentados, analfabetos, chulos, prepotentes, ignorantes y eso si con un nivel de confianza en si mismos digno de los caballeros de la Tabla Redonda.

El tal Carromero se va a Cuba a mostrar su "liberalismo" y su hombría ayudando a los disidentes cubanos, sabiendo que a él no le puede pasar nada porque para eso está el estado español.

Pero conduciendo sin carnet por las maltrechas carreteras de la isla, tiene la desgracia de tener un accidente en el pierden la vida dos prominentes disidentes.

Como, aquí, en Cuba y en todas partes, ese comportamiento es punible, acaba en la carcel.

Y rápidamente se pone en marcha la secta política para:

- Desacreditar al sistema judicial cubano. (Que ya sabemos que es una dictadura, que sus cárceles son horribles, etc.)

-  Poner a Carromero por las nubes por su abnegada lucha contra la dictadura.

- Forzar a las autoridades españolas a exigir a las cubanas el traslado de Carromero a una carcel española.

Y ya aquí en una carcel española, pedir el tercer grado, y la liberación, en olor de multitudes.

En cárceles tal malas como las cubanas hay miles de ciudadanos españoles, en situaciones muichísimo peores que las de Carromero.

La mayoría son víctimas de las guerras de la droga, pero los hay de todo tipo de delitos.

La Fundación Pablo Iglesias tiene larga y triste noticia de estos pobres conciudadanos, muchos chicas jóvenes en situaciones durísimas.

Nadie mueve un dedo por ellos y ellas desde la clase política.

Tienen que hacerlo ONGs y la Iglesia, como en tiempos de los cautivos de Argel, cuando Cervantes.

Pero al señor Carromero, al que no le falta en la carcel mas que cine en tres dimensiones, hay que liberarlo cuanto antes y no solo eso sino darle empleo de por vida como concejal, y reponerle de los sufrimientos con todo tipo de arrumacos.

¡Y a eso lo llaman igualdad de derechos de los ciudadanos ante la ley.!






No hay comentarios: