Los belgas son apacibles burgueses que comen estupendamente, tienen un chocolate fenomenal, inventaron las patatas fritas y su héroe literario se llama tantán, (aunque se escribe Tintín).
Viven en un país dividido por la lengua, cuya capital Bruselas, que está en la parte flamenca, habla mayoritariamente francés, y es la ciudad en la que se escuchan más conversaciones en todos los idiomas europeos cuando se va por la calle.
Además tienen unas cervezas espectaculares.
Como se aburren mucho, de vez en cuando surge de la bruma un asesino múltiple o alguna trama de oscuros perturbados sexuales, que nos dejan helados con sus maldades.
Y luego siguen a lo suyo que es aburrirse, comer bien, y pelearse entre ellos a ver si consiguen vivir sin tener que hablarse nunca.
Y luego nos sorprenden con sus cosas. Por ejemplo en estas últimas horas se ha comentado mucho que están empezando a expulsar a ciudadanos de la UE que no tienen trabajo, por ser "una carga para el estado".
Como se habla de personas que a lo mejor han estado trabajando allí durante más de veinte años, la cosa tiene su gracia.
Ya decíamos que en Europa la gente empieza a cabrearse, y ahora añado que se esta asustando, lo que es mucho peor.
Cuando la gente tiene miedo al futuro es cuando comienza a escuchar a los personajes como Adolf Hitler, o Artur Mas que viene a ser una versión tímida de aquel. (No sabemos si igual de criminal, eso se verá con el tiempo).
Si todos los estados de la Unión comienzan a expulsar a los extranjeros que no trabajan tienen bastante trabajo por delante, y además se va a organizar una buena porque la gente en la UE se estaba acostumbrando a pasar de un país a otro sin más.
Volver a los nacionalismos europeos es más que peligroso: es suicida.
Y sin embargo los belgas nos están señalando algo que resulta difícil de negar: o la UE va hacia delante o irá hacia atrás. O se crean mecanismos compensatorios para atender a parados transnacionales o enfermos itinerantes, o cada país comenzará a pedir "balanzas fiscales" como hacen los nacionalistas catalanes.
El tema debería ser debatido en nuestro país, donde tenemos muchos más parados extranjeros que en ningún otro estado miembro. Y para que vamos a hablar de los extranjeros enfermos.
Solo que aquí estamos dando marcha atrás en el asunto del aborto así que no tenemos tiempo para hablar de otras cosas.
Por cierto que los belgas también han legislado la eutanasia infantil, algo de lo que preferiríamos no hablar, pero que es un asunto tristemente crítico para las personas que tienen hijos inviables a una vida mínimamente normal.
Las dos cuestiones nos deberían poner ante la cuestión de ¿en que mundo queremos vivir?
Y no estaría demás que alguien comenzase a pensar en ello.
jueves, 13 de febrero de 2014
Los belgas
Publicado por Antonio Cordón a las 12:02
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