domingo, 9 de noviembre de 2014

¡Que vergüenza!

El espectáculo de los cuadros del PP en Extremadura aclamando a Monago después de que éste admitiese haber malversado fondos del Senado para pagar viajes con una novia tinerfeña es uno de los aquelarres más vergonzosos que yo haya tenido ocasión de contemplar en mi vida.

Produce arcadas contemplar a que nivel de bajeza moral ha llegado la clase política española y como no solo no se arrepienten sino que están enrocados en la corrupción y han perdido todo sentido de la realidad.

Y el Presidente del Gobierno estaba delante cuando se produjo la ovación. Y no solo la secundó sino que además salió a los medios a apoyar al malvesador Monago que eso si, tenía la cara como si hubiese desayunado vinagre supongo que porque su familia no habrá sido tan comprensiva como sus conmilitones en ese acto vomitivo.

Lo mas divertido es que horas antes había dimitido otro senador por Teruel, también del PP, quien también visitaba a la misma dama con cargo al erario público.

¡Y la dama en cuestión participaba en el besamanos a los nuevos reyes acompañando al turolense!

Me parece tema para una película de Berlanga y una perfecta metáfora de la circunstancia nacional.

Chorizos, putas, diplomáticos, reyes, empresarios, senadores, periodistas y demás componentes de la Santa Compaña deambulando ante los atónitos ojos de los ciudadanos.

Al tiempo en Cataluña llevan a cabo el penúltimo acto de su bien tramado plan para secesionar Cataluña y crear un estado mafioso ante la pasividad de todo el mundo.

Y aquí los unos diciendo que el referéndum no es legal como si eso importase algo, y los otros ofreciendo estados federales que nadie ha solicitado ni quiere.

Los nazis se caracterizan por aprovecharse de las reglas democráticas para lograr sus objetivos políticos y no me refiero solamente a los alemanes sino en especial y ahora mismo a los nazis catalanes.

Estamos en una de las horas más bajas de nuestra Historia.

   

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