El que un ejecutivo que ha sabido pilotar la dificil travesía del tercer operador de telefonía móvil en España, Amena, haya durado menos de nueve meses al frente del grupo mediático Vocento, nos devuelve a la ya vieja reflexión sobre las posibilidades reales de la llamada convergencia.
Y es que los grupos mediáticos, que se supone que son la otra parte de la gran coalición de la sociedad de la información, no se parecen en nada a las sociedades de telecomunicaciones, que deberían ser sus aliadas.
Lo que en estas es negocio, en aquellas es política. Lo que en unas es expansión de actividades, es el las otras una operación maquiavélica. Lo que en unas son accionistas interesados en el dividendo, en las otras son accionistas interesados en el poder.
Ante lo cual, claro está, cualquier decisión estratégica resulta una batalla que se desarrolla en diferentes capas, muchas de las cuales gtranscurren por vericuetos que poco o nada tienen que ver con los negocios.
La compra del grupo Z ha sido el Waterloo de García, cuando debería haber sido su Austerlitz.
¿Pero no le habían llevado a Vocento para crecer y superar el estancamiento en el que estaban?
Ahora aparece el amigo Roure de Mediapro en el horizonte y la creación de ese gran grupo mediático catalán y pro-psoe.
Y en medio el futbol de pago, la TDT de pago igualmente, y el mundo de los contenidos, ... de pago naturalmente.
Con la salida de Belarmino García se rompe una ilusión mas de eso que llamamos la convergencia, y queda de manifiesto que en los medios predomina la política mucho mas que la sociedad de la información. Y acordándome del señor Murdock, me parece que no solo en España.
miércoles, 30 de enero de 2008
La salida de Belarmino García
Publicado por Antonio Cordón a las 18:19
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