martes, 29 de enero de 2008

Se pilla antes a un mentiroso....

Lo malo de las palabras es que el que las pronuncia es prisionero de ellas.

Yoigo ha basado gran parte de su estrategia de marketing en una cercanía al consumidor impropia de las operadoras que campan por la industria. "Verdad verdadera", uno de sus esloganes clave, ha calado y ha llegado a convencer a la gente de que otra forma de gestionar este negocio es posible.

Hace tres meses Yoigo anunció a bombo y platillo que a partir de ese momento, las llamadas entre Yoigos serían gratuitas, cobrando únicamente 12 cts. por el establecimiento. Una medida muy aplaudida por el público que, sin duda alguna, arrancó más de un cliente de la competencia y pasó a engrosar las filas de la compañía de origen escandinavo.

Ahora, hace un par de días, Yoigo coló disimuladamente en una nota de prensa el anuncio de que esa total libertad para hablar se vería restringida a 60 minutos al día. Y ha faltado tiempo para que las quejas y recriminaciones crucen la red de punta a punta.

Pues bien, yo quisiera hacer un ataque y una defensa de este movimiento. Y para economizar, uso un único post :-P

La defensa es que por lo visto esta restricción tiene su origen en el uso fraudulento de la oferta. Hay locutorios que se aprovechaban de la gratuicidad de las llamadas para generar su beneficio. Por tanto, una defensa ante tal hecho es coherente y apropiada. Además, seamos realistas, ¿qué consumidor "normal" habla más de 60 minutos con otros Yoigos en un mismo día? Me atrevería a decir que es una modificación que va a hacer más ruido que romper nueces.

Por otro lado, el ataque. ¿Por qué Yoigo no publica abiertamente los motivos de esta restricción? La masa de gente no es (muy) tonta, puede entenderlo. Si se le explica. Esto contribuiría a su imagen de operadora abierta y cercana. Si realmente el motivo es el tema del uso fraudulento, estoy seguro de que la mayoría de los consumidores apoyaría la iniciativa.

No hay que subestimar al cliente. Al contrario, hay que tratarle bien, involucrarle en las decisiones. Hacer que se sienta parte de la relación entre él y la compañía. Que la comunicación es bidireccional, que las explicaciones son necesarias.

Bien por Yoigo. Mal por Yoigo.

Vía: Error500

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