Redes NGA: el comienzo

Realmente no es el comienzo, y menos en Europa. Podríamos decir que es el comienzo "oficial", marcado cuando la CMT ha regulado este tipo de redes, y en España, porque por otros países europeos ya llevan tiempo dando de qué hablar.

Las redes NGA (redes de acceso de nueva generación (New Generation Access)) se basan en tecnología de fibra óptica hasta el usuario. Es decir, ya no usan para nada el par de cobre, cable por el que típicamente se han mandado la señal de teléfono y que se ha reaprovechado en los últimos años para el ADSL.

La tecnología ya está ahí, permitiendo alcanzar unos más que interesantes 100 megas. Teniendo en cuenta que lo máximo (teórico, que luego nunca es) a lo que llegan las ofertas que hoy tenemos a nuestro alcance es de 20 megas, no está nada mal el salto.

Para alcanzar estos niveles de conectividad es necesario desplegar desde cero nuevas infraestructuras. Es decir, cablear con fibra óptica allá donde se quiera que lleguen las redes NGA. Esto implica no sólo hacer zanjas, sino también adaptar los edificios y colocar un extremo de dicho cable en cada vivienda, al modo de la actual toma telefónica.

La CMT ha regulado este nuevo panorama de forma de que se maximice la competencia. Para ello, Telefónica ya no tendrá que permitir el uso de sus infraestructuras a sus competidores, tal y como está haciendo ahora. Cada operadora tendrá que desplegar su propia red de fibras de su propio bolsillo. Una ventaja sin duda alguna para la grande de España, que aprovechará su poder y alcance para tomar la delantera a sus competidoras.

Bueno, alguna obligación sí que le queda a Telefónica, como tener que compartir las canalizaciones que haga y los pares de cobre, en las instalaciones que compaginen ambas tecnologías. O permitir el uso de la red pero en zonas no competitivas, cuyo acceso no generaría interés en un mercado competitivo.

El único problema que le veo a este asunto es el tema de la duplicidad, triplicidad e incluso cuadruplicidad (¿¿existe esta palabra??) de redes. Sobre todo si pensamos es la posibilidad de tener una toma distinta para cada compañía en la pared de nuestra casa.

Yo creo que no se llegará a este extremo. Para empezar porque ya hay un acuerdo para que el acceso en el edificio sea único para todas las operadoras. Pero es que seguramente, aparte de Telefónica que desplegará su propia red, los otros competidores acabará compartiendo infraestructuras para poder hacer frente al inmenso gasto que suponen, tanto de CAPEX (inversión) como de OPEX (explotación). Algo que ya se hace con las antenas de telefonía móvil, aunque luego cada uno tenga una mayoría en exclusividad.

Nuevos tiempos, nuevas redes, mismos problemas, mismo panorama. Telefónica reinará y los demás se disputarán un más que jugoso segundo puesto. Que empiece la veda.

Vía: Cinco Días, Expansión

PD: No sé que le pasa hoy a Blogger, pero está dando muchísimos problemas con el formato. Lo siento por las inconveniencias....