Comienzo por el principio: las empresas de telecomunicaciones comienzan a sentir la crisis. Bajan los ingresos, los usuarios de móvil se refugian en las gangas, otros ponen el candado al aparatito, empresas que quiebran se dan de baja en los servicios correspondientes...
No digo nada de las industrias del sector, enfrentadas cada día a la competencia descaradamente unfair de industrias provenientes de países sin cobertura social, y por tanto sin la carga de los gastos correspondientes, con condiciones salvajes y medievales.
Pero si leemos este blog, dominado por las noticias del mundo internet, no vemos las crisis por ninguna parte. Todo son lanzamientos, novedades, y juguetitos. Da gusto.
Claro que ya se sabe que las empresas de internet son por naturaleza irresponsables. Es decir no responden ante nadie. Solo ante la comunidad de los internautas mundiales, o sea, como antes se decía ante dios.
Ello no tienen regulación, pero quieren que las redes de los demás sean "neutrales", o sea que sus dueños y paganos no puedan ni siquiera decidir si dan prioridad a sus contenidos sobre los de esas compañías. Todo por la libertad de los usuarios, y, añado yo, por la tarta publicitaria.
Ellos a cobrar. Los demás a invertir, para que ellos puedan seguir cobrando.
Como los operadores tienen que invertir, pero no pueden hacer caja de los servicios, pues la solución es apretar a los fabricantes europeos, y con la ayuda de los asiaticos reventarlos hasta que desaparezcan. Vease lo que está pasando con Nortel, o Motorola, y no entro en los europeos.
Pero nada todo sea por la libertad de mercado, que como se está viendo en los últimos días vale mientras nos beneficia, y cuando nos viene mal, entonces que nos rescate el tesoro público.
Una de esas peripecias está protagonizada por el falso debate entre el wimax y el LTE. Falso porque nadie en su sano juicio pensará nunca crear redes wimax comparables a las GSM-UMTS-LTE. Entre otras cosas porque no es lo mismo fabricar terminales para tres mil millones de personas que para 100 o 150.
Y en segundo lugar porque las redes LTE son la evolución de las GSM y se benefician de todo lo que está construido, y las otras habría que construirlas a partir de cero.
Pero claro, no se trata de competir. De lo que se trata es de montar ilusiones de libertad irresponsable y todo gratis, para que luego las autoridades carguen con los gastos en aras de la modernidad.
En esta crisis, las telecomunicaciones tienen que dejar oir su voz, y decir de una vez que los interneteros tienen que compartir el gasto del festejo, y que los fabricantes medievales tienen que pagar sus gastos sociales. Si no a nosostros, al menos a los sindicatos de su país, o a las ONGs, o a quien sea.
Si algo nos enseña esta crisis es que el fallo del capitalismo en esta crisis es precisamente el abandono de la responsabilidad y de la simple decencia.
Menos supermillonarios súbitos y mas trabajo honesto. Cómo Adam Smith y Calvino enseñaron.
jueves, 2 de octubre de 2008
Esto de la crisis...
Publicado por Antonio Cordón a las 19:10
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