Hoy he asistido por primera vez al consejo asesor de la revista Telos, una publicación que es una referencia obligada en la investigación en las ciencias de la comunicación, y también de la revolución digital. (Siempre mas inclinada hacia las vertientes sociales de la comunicación que a sus aspectos tecnológicos).
La revista se enfrenta a una serie de dilemas respecto a su futuro, que resumidos por Manuel Castells, (el mas ilustre entre los convocados), serían: mas enfoque académico o más apego a la actualidad. Mas papel o mas internet. Mas sosiego o mas debate.
Dada la historia de la revista y dado el predominio de académicos entre los miembros del consejo, me parece que la revista se inclina hacia lo académico, y más aún hacia lo científico, lo que no me parece mal, dada la escasez de publicaciones en español suceptibles de convertirse en vehículo para este tipo de trabajos y de ser reconocida como una revista seria en los medios donde se valoran este tipo de publicaciones.
Desde el punto de vista del debate necesario en este país, (y en toda la América hispana), sobre la necesidad de la alfabetización digital de la población, me parece un desperdicio.
Telos podría convertirse en una revista sobre los grandes debates de fondo de la sociedad de la información: la neutralidad de las redes, los derechos y deberes de los ciudadanos frente a las redes, la competencia y su impacto en las inversiones, la delincuencia digital, etc.
Pero claro, si cada artículo debe pasar por un filtrado académico y científico, me parece dificil conseguirlo.
Cuando ha llegado el momento de proponer temas, el asunto del estado de la universidad española ha salido el primero, y yo he añadido el tema de la disminución en el número de "vocaciones" ingenieriles.
Segun un estudio que publicará proximamente AETIC, el númeto de estas vocaciones ha disminuido en un 45% en nuestro país en los últimos 5 años, y la desbandada no parece amainar.
Rapidamente han salido quienes consideraban que habría que definir lo que se entiende por ingenieros (verdad), o que esa disminución se había dado en todos los países occidentales, una vez alcanzado determinado nivel de desarrollo. (Verdad igualmente).
A mi me parece que efectivamente lo que hacen falta en el mercado laboral son técnicos de formación profesional, (que hablen ingles), y que la disminución de alumnos en las escuelas técnicas tiene que ver con la disminución de las espectativas de estatus que ha experimentado la otrora muy prestigiosa carrera de ingeniero.
La falta de cultura digital nos situa en una posición de escasa competitividad, y en esa situación las empresas que actuan en nuestro país, lo hacen en segmentos de bajo valor añadido, que no necesitan apenas ingenieros, efectivamente, sino programadores Java.
Por eso es tan importante que mejoremos nuestro perfil competitivo como país, tarea en la que Telos debe contribuir.
Esto es una guerra. No podemos permitirnos perderla. Por nosotros y por nuestros hijos.
jueves, 4 de diciembre de 2008
Ingenieros en fuga
Publicado por Antonio Cordón a las 18:11
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