viernes, 26 de junio de 2009

En el adios del cerrajero

Acabo de leer que Carl Henric Svanberg deja Ericsson para convertirse en presidente de BP, lo que no está nada mal para este sueco de 57 años que venía de presidir una empresa de cerrajería y otros hierros cuando fué contratado por Ericsson para sacarla de la crisis del punto com que tan duramente afectó a todo el sector de los suministradores de telecomunicaciones.

Svanberg nunca llegó a ser un teleco, ni llegó a tener ese espíritu de estar en un sector con una misión, como les ocurre a tantos de los dirigentes de las grandes compañías de las teleco. Fué siempre pragmático y tomó decisiones no siempre populares, pero que han dado resultados.

El futuro de estas compañías, los últimos vestigios del orgullo tecnológico europeo, se tambalean ante la política de las operadoras de reducir sus inversiones en tecnología y de aplicar técnicas de reducir los precios de los equipos que compran desde sus posiciones de dominio.

En ese contexto, el papel de los dirigentes de las Alcatel, Nokia Siemens, o Ericsson es el de administrar una muerte lenta pero siempre dolorosa, y eso cansa mucho.

Que las compañías que suministran las tecnologías mas sofisticadas de la sociedad de la información estén permanentemente en recesión y en expedientes de regulación de empleo debería llamar la atención de los mandatarios de la UE o de los países que la componen, pero no es así.

Se vuelcan toneladas de millones de euros en la industria del automovil, y no somos capaces de poner un poco de orden en las políticas de compras de los operadores, lo que bastaría para quitar el dogal que estrangula a sus suministradores.

Bastaría asimismo que no se permitiese la competencia injusta de compañías chinas que carecen en sus mercado de origen de ninguna de las regulaciones, desde la sindical a las medioambientales, que gravan a las compañías europeas.

Miles de puestos de buenos puestos de trabajo se han perdido ya y otros se perderán inevitablemente.

¿Y quien se beneficia?

Disfrutamos hoy de un avance tan espectacular como la telefonía móvil gracias a que estas compañías apostaron e invirtieron. Gracias a que había miles de ingenieros formados y trabajando en equipos de alto rendimiento.

¿Es esto repetible?

Vamos a una civilización de bajo coste en la que tal vez no sean necesarios grandes avances, pero la verdad es que los que hemos vivido los buenos momentos de esta industria no podemos por menos que lamentar lo que está pasando.

El perfil del próximo consejero delegado de Ericsson nos dará pistas sobre por donde van las cosas.

1 comentario:

Antonio Cordón dijo...

Pues ya se sabe. Es un financiero.