La presidencia española

Vuelvo de Bruselas reélegido miembro del board de DigitalEurope, o sea la asociación de empresas y asociaciones nacionales del gremio de las industrias etic en la UE, tras una asamblea tranquila en la que se aprobó todo lo que pidió la junta, y así mismo los presupuestos, que ya comienzan a notar los efectos de la crisis, en forma de peticiones de baja, o muertes súbitas.

La experiencia de los dos años en los que he estado en ese consejo, es que como he comentado en varias ocasiones, nuestra industria no pasa por sus mejores momentos de popularidad entre los políticos de Bruselas, como sucede por otra parte en nuestro país.

Los efectos de la crisis del año 2000, la famosa burbuja puntocom, con sus promesas incumplidas y la ola de despidos y cierres que siguió, siguen presentes en la mente de los parlamentarios europeos, que no quieren verse involucrados de nuevo en otra oleada de entusiasmo tecnológico con final desastroso.

Gracias a nuestra propia estupidez, (y avaricia), ahora somos sospechosos cuando anunciamos los efectos beneficiosos de las tecnologías etic y sus "seguro" impacto en el bienestar de los ciudadanos.

Y el caso es que es verdad, y tenemos muchas razones para creerlo, además de datos fehacientes en ese sentido, pero estamos bajo sospecha y eso va a ser dificil quitárnoslo de encima.

El caso es que con las elecciones europeas a la vuelta de pocos días, en medio del desinterés general, sería bueno recordar que efectivamente Europa se juega bastante en este embite, ya que los americanos de Obama si que han puesto en las etic sus ojos como motor para la salida de la actual situación, y mientras nosotros parece que nos queremos edicar a temas más etéreos, como por ejemplo la atención a una población que envejece a toda prisa. ( A mi me lo van a decir).

Por todo ello las presidencias sueca, española y belga, (las tres próximas), se ven como la oportunidad para volver al ataque con nuestros temas, aprovechando una nueva comisión y un nuevo parlamento, que seguramente van a ser mucho menos "ultraliberales", que los que ahora salen.

En lo que respecta a los suecos, parece que el medioambiente será su tema, el de los españoles las cosas sociales, como los inmigrantes, y los belgas mucho me temo que se decantarán por temas igualmente faltos de pulso tecnológico, así que tenemos mucho trabajo por hacer si queremos realmente cambiar algo.

¿Seremos capaces?