Esta madrugada, por fin el Parlamento Europeo ha dado luz verde al llamado "Paquete regulatorio de las telecomunicaciones".
Parece que, al final, sólo quedaba por definir el tipo de procedimiento de intervención desde los gobiernos a aquellos internautas que no respeten los derechos de autor.
No es poca cosa, aunque en el paquete haya cuestiones tan graves como la posibilidad de ejecutar la separación funcional de las redes para casos en que no haya competencia, o el respeto a la "neutralidad" de las redes, que impediría a los operadores discriminar contenidos sobre las mismas.
También se abre la posibilidad de crear un mercado secundario de frecuencias, o sea que aquellos detentadores de derechos que no necesiten hacer uso de la totalidad de los mismos, podrán revenderlos a terceros.
Pero lo único que ha salido en los telediarios ha sido lo de la intervención a los internautas, supongo que porque los telediarios se han enterado de este asunto por el gabinete de prensa de la SGAE.
Sin embargo, me parece que no deberían cantar victoria tan pronto, ya que las restricciones que se ponen a la mencionada intervención son importantes y en todo caso se puede recurrir por vía judicial, lo que llevará a trámites engorrosos. Y en todo caso evitará en la UE esas vergonzosas sentencias que hemos conocido en los USA en que una pobre mujer tenía que pagar millones de dólares a la industria de los contenidos.
A mí el debate que más me interesa es el de la privacidad, que el parlamento europeo reconoce junto al derecho a la presunción de inocencia, puesto que en la contradicción entre ambos derechos está la madre del cordero.
Ya hemos hablado aquí de la mas que curiosa persecución que está sufriendo el colectivo de los pederastas, un grupo socialmente repugnante y por tanto difícil de defender, cuyas redes de intercambio de ficheros "caen" de forma harto sospechosa en una sociedad en la que la correspondencia debería ser privada.
¿Lo es?
Hoy también, la casualidad hace que el Partido Popular pregunte sobre y denuncie el sistema de intervención de conversaciones telefónicas del Ministerio del Interior, que al parecer se está utilizando "in extenso" contra, dicen en el PP, los partidos contrarios.
Aunque me asombra ver a personajes como Alejo Vidal Cuadras, un dinosaurio del PP, defendiendo a los internautas, francamente me parece que esta es una batalla crucial por la defensa de las libertades públicas, y le agradezco al Sr. Cuadras sus esfuerzos en la materia. Es el europarlamentario que ha negociado la redacción final del artículo sobre la intervención.
Y es una batalla importante, porque en estas cosas siempre tenemos que acordarnos del célebre poema de Bertold Brecht, aquel que empezaba: "Primero vinieron a por los comunistas y a mi no me importó porque yo no lo era..."
Hoy bien podemos decir: "Primero vinieron a por los pederastas y a mi no me importó porque yo no lo era... Luego vinieron a por los corruptos inmobiliarios...."
Terminaba Don Bertold: "Hoy vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde."
Esperemos que la defensa de los derechos de autor y la defensa de la legalidad no conduzcan a situaciones intolerables de indefensión ante las escuchas y el espionaje de las transmisiones de datos.
Porque ya decía Billy Wilder: "Nadie es perfecto".
viernes, 6 de noviembre de 2009
Me parece que
Publicado por Antonio Cordón a las 09:00
Etiquetas: privacidad, sociedad, UE
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