Si algo se mueve, impuestos y tasas. Si continua moviéndose, regulación. Cuando deje de moverse, subvenciones.
Eso es lo que dicen que dijo Ronald Reagan, el primer presidente virtual de la historia de los Estados Unidos, un locutor al que los cerebros de la revolución conservadora hicieron sucesivamente un gran gobernador de California (la séptima economía del mundo), y presidente de Estados Unidos, país al que dejó como única superpotencia en la cumbre de su riqueza.
Me ha venido a la cabeza al leer que un tribunal de Madrid ha establecido que la tasa que el ayuntamiento de la capital, (y de todas las ciudades de España incluidas las independentistas), quieren cobrar a los operadores de telefonía móvil en concepto de utilización de sus espacios públicos, se ajusta a derecho.
Dice también la resolución que el metodo de cálculo sin embargo no es el correcto. (A mi esto me llena de pasmo, lo del método digo, ya que todo impuesto o tasa tiene algo o todo de arbitrariedad).
Supongo que la cosa no acabará ahí porque se recurrirá y se volverá a recurrir, pero el hecho es que los ayuntamientos han ganado una batalla, y seguramente terminarán ganando esta guerra, en la que los perdedores seremos naturalmente los ciudadanos, que seremos en última instancia quienes paguemos la tasa en cuestión.
Pero la cosa es mas grave que todo eso.
Desde el comienzo de la telefonía móvil, su éxito ha atraido a oleadas de carroñeros dispuestos a llevarse su parte del festin.
Nombremos algunos por su nombre:
Profesores e investigadores universitarios a la caza de subvenciones para trabajos sobre la salubridad de la telefonía móvil. (Miles).
Ministerios de hacienda deseosos de enjugar sus déficits subastando frecuencias y licencias.
Inventores de "remedios contra las radiofrecuencias".
Ingenieros de telecos en paro deseosos de "certificar" las instalaciones de las antenas.
Asociaciones empresariales interesadas en reciclar teléfonos móviles.
Periodistas desesperados a la busca de escándalos y audiencias.
Padres de familia deseosos de culpar de las enfermedades de sus hijos a cualquiera menos a las propias enfermedades.
Expertos de linajes diversos deseosos de asesorar a las compañías.
Políticos sin escrúpulos a la búsqueda de votos.
Y ahora munícipes necesitados de cuadrar las cuentas de ayuntamientos arruinados tras en crack de la construcción.
La telefonía móvil es el avance tecnológico mas significativo y relevante del último cuarto de siglo.
Todos nos beneficiamos. ¡Y de que forma!. El mundo ya no es imaginable sin la telefonía móvil.
Por favor, un poco de respeto.
domingo, 15 de noviembre de 2009
Si algo se mueve , impuestos y tasas.
Publicado por Antonio Cordón a las 13:36
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