lunes, 2 de noviembre de 2009

Internet para todos

El otro día leí que en Finlandia, país frío donde los haya, van a hacer del acceso a Internet de alta velocidad un derecho constitucional. Esto es, allá donde no lleguen los operadores (principalmente, porque no les salga rentable), el Gobierno se encargará de que puedan disponer de un acceso de 100 mbps para el año 2015. Si bien hay que tener en cuenta los altos impuestos que se pagan en los países escandinavos y al reducida población de este país, aplaudo la iniciativa desde aquí.

Y es que yo creo fervientemente en la necesidad imperiosa de proveer de un acceso de calidad a toda la población mundial, dejémoslo en la española para reducir enfoque y localizar. Al igual que el agua y la luz, considerados como indispensables y commodities en cualquier hogar, así debería ser también el servicio de Internet (y no incluyo la televisión por IP, ni el teléfono). No me imagino hoy en día una casa sin los primeros, aunque desgraciadamente las haya, ni quiero imaginarme un futuro a corto plazo sin el segundo.

Internet es una ventana al mundo, en su más amplio sentido. Es una fuente inagotable de conocimiento, perspectivas y opiniones. Una herramienta de comunicación global, una tabula rasa que pone a todo el mundo en el mismo lugar de partida. Es como si atasen 4 caballos a las extremidades de tu punto de vista y arrancasen al galope hasta estirarlo a sus límites de resistencia.

Bueno, Internet ofrece la oportunidad. Al final, la decisión de agarrarla o no es de la propia persona. Ojalá los gobiernos den la posibilidad de que se nos ofrezca esa oportunidad. Porque, al fin y al cabo, el capitalismo extremo no es la panacea universal.

1 comentario:

Antonio Cordón dijo...

Sobre esto ya escribí un post hace algun tiempo. Me lo contó Erki Ormala que es el presidente de Digital Europe y Director de Tecnología en Nokia.

La operación se financiará desde tres fuentes: el gobierno de la nación, (que se lo gasta en estas cosas y no en abrir zanjas), los gobiernos municipales, (que dedican el dinero a esto y no a llevarselo a las islas Caimán), y los operadores, (que invierten y no se lo dan todo a los inversores).