Donde solía estar el Circo Price

Era de noche y en la Plaza del Rey de Madrid, unas docenas de manifestantes compartían el frio otoñal con numerosos efectivos de la policia nacional y miembros de la prensa a la caza de una imagen.

Al fondo el ministerio de cultura estaba iluminado como si en esta noche de viernes los funcionarios hubieran estado haciendo horas extras, o como si algo extraordinario fuera a pasar.

Los policias, apostados en la s esquinas, rodeaban al grupito de internautas sedicentes que se habían acercado a este rincón de Madrid en solidaridad con los llamamientos de los blogs y webs que se habían levantado contra las pretensiones del gobierno de allanar impunemente nuestras comunicaciones personales en nombre de los derechos de unos cuantos autores refractarios a los cambios.

Llamé por teléfono a un amigo conocedor de la situación, vamos lo que se dice una fuente generalmente bién informada, que me dijo que la ministra Gonzalez Sinde y el ministro Sebastian, se habían enterado del contenido de la ley (de la economía sostenible), gracias a la filtración de esta a los medios.

La ministra recibió, una vez producido el incendio, el encargo de apagar el fuego, pero salió despavorida de la reunión con los internautas que todavía la estan esperando.

Zapatero sale y dice que aquí no se cierra ninguna web y causa el natural desconcierto en sus filas.

Con nostalgia miro la fachada que un día fué la del Circo Price, y me parece recordar el galope de los caballos empenachados, el rugido de los leones, (tan cerca del público), y los payasos con sus narices coloradas.

También el escaso número de manifestantes al que los que se dirigen a sus movidas y fiestas de viernes, miran con extrañeza y desapego.

Nos vamos a tomar una caña.