Las empresas tecnológicas no son estables. Sus modelos de negocio han de perseguir una continua renovación que les permita mantenerse competitivas, y los activos de hoy no son suficientes mañana. Esto tiene 2 consecuencias directas: su crecimiento suele ser velocísimo (así como muchas veces su caída); y no pueden parar en invertir en renovar su base tecnológica.
En el mundo de la telefonía móvil, el cambio más importante que se está dando en estos momentos, y que tendrá su progresión en los próximos años, es la sustitución de la voz como principal fuente de beneficios en favor de los datos. Obviamente, la voz como servicio no desaparecerá, pero será ofrecida como VoIP, dejando de lado el modelo tradicional.
Las operadoras conocen este futuro a corto plazo. De momento vislumbran lo que se les avecina por el horizonte, pero de momento tratan de sacar el máximo partido a la voz durante el proceso de sustitución, optimizándolo, sin precipitarlo.
Parte de este proceso de cambio es la cada vez mayor oferta de terminales avanzados, así como la presencia de tarifas planas de datos. Así, poco a poco, se va acostumbrando al consumidor a pagar por el ancho de banda móvil, creando la necesidad de acceder a la Red desde el móvil.
Telefónica lo sabe y por ello compró recientemente a través de O2, su marca europea, la compañía Jajah, especializada en ofrecer el servicio de VoIP a otras compañías para su comercialización. Con esta compra, el gigante español consigue reforzar su posición en la VoIP B2B, pero también adquiere conocimiento, tecnología y capital humano de cara a una futura apertura del servicio al público residencial.
Al final (más bien, al principio), todo lo que circulará por la red de las operadoras serán datos, siendo transparente el servicio que soporten. O al menos si se respeta la neutralidad de la red, aunque eso ya es otra historia...
En el mundo de la telefonía móvil, el cambio más importante que se está dando en estos momentos, y que tendrá su progresión en los próximos años, es la sustitución de la voz como principal fuente de beneficios en favor de los datos. Obviamente, la voz como servicio no desaparecerá, pero será ofrecida como VoIP, dejando de lado el modelo tradicional.
Las operadoras conocen este futuro a corto plazo. De momento vislumbran lo que se les avecina por el horizonte, pero de momento tratan de sacar el máximo partido a la voz durante el proceso de sustitución, optimizándolo, sin precipitarlo.
Parte de este proceso de cambio es la cada vez mayor oferta de terminales avanzados, así como la presencia de tarifas planas de datos. Así, poco a poco, se va acostumbrando al consumidor a pagar por el ancho de banda móvil, creando la necesidad de acceder a la Red desde el móvil.
Telefónica lo sabe y por ello compró recientemente a través de O2, su marca europea, la compañía Jajah, especializada en ofrecer el servicio de VoIP a otras compañías para su comercialización. Con esta compra, el gigante español consigue reforzar su posición en la VoIP B2B, pero también adquiere conocimiento, tecnología y capital humano de cara a una futura apertura del servicio al público residencial.
Al final (más bien, al principio), todo lo que circulará por la red de las operadoras serán datos, siendo transparente el servicio que soporten. O al menos si se respeta la neutralidad de la red, aunque eso ya es otra historia...
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