En la página 44 de El País de hoy y en a tres columnas en la parte inferior de la página, aparece la noticia de que BP ha conseguido colocar una campana en el fondo del mar y parar así el vertido de crudo en el golfo de Méjico.
Una hazaña tecnológica de tal calibre carece de interés para los mismos medios para los que el vertido ha sido primera página día tras día durante semanas.
La tecnología no vende periódicos por lo que se ve.
Este sábado estuve en la Universidad de Lasalle impartiendo un seminario sobre "La gestión de la influencia" dentro de un master sobre gestión de la innovación que allí se desarrolla para profesionales del sector de las TIC mayoritariamente.
Gestión de la influencia quiere decir la acción de las empresas cerca de las administraciones públicas para adecuar acción legislativa e intereses empresariales, o sea ejercicio del lobby.
Y allí, tuve que contarles a los asistentes como la política y los medios se vuelven cada vez mas demagogos y contrarios a la racionalidad, y en consecuencia a la ciencia.
Estamos entrando en un tiempo de supersticiones y de tecnofobias cuyo desarrollo futuro es difícil de prever.
La gente quiere vivir con comodidad y sin riesgos.
Quiere calefacción y coches baratos, pero no quiere saber que hay que hacer para extraer el petróleo ni los peligros que entraña.
Mientras BP bombee petróleo sin problemas preferimos no saber como lo hace.
Si hay un accidente, BP se convierte en la maldita multinacional.
Y si consigue parar el vertido en una proeza sin precedentes, entonces nos importa un bledo.
Hoy he recorrido inútilmente las páginas de El País en busca de algo que me interesase.
Solo me ha interesado esa pequeña información en la página 44.
Debe ser que me estoy saliendo del "mainstream".
domingo, 6 de junio de 2010
Demagogia hasta en la sopa
Publicado por Antonio Cordón a las 12:05
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