martes, 1 de junio de 2010

Internet como disruptor

Cuando decimos que Internet se ha presentado como una tecnología disruptora de los negocios tradicionales rápidamente vienen a nuestra mente los ejemplos del cine, la música y, cada vez más, los libros. Pero la realidad es que sus efectos se han hecho sentir en muchos ámbitos, alcanzando todos y cada uno de los negocios que uno pueda imaginar.

El principal impacto que ha provocado Internet es la reducción de la dependencia de intermediarios, haciendo que el valor añadido de estos pueda ser absorbido por el productor o incluso por el propio cliente. La consecuencia directa de esta situación es que los precios tienen margen para bajar, a la vez que el productor/creador del producto/contenido puede ver aumentado su porción de la tarta.

Comento esto porque el otro día descubrí fresonline.com, una web donde comprar fresón directamente al productor, y me decidí a probarlo acuciado a partes iguales por el hambre y la curiosidad. Y de decir que quede muy contento con el servicio: fresón como el que difícilmente se encuentra en Madrid, a un precio similar al del supermercado y en sólo 2 días en la puerta de mi casa.

El ejemplo del fresón es sólo uno de los tantos que ya pueblan la Red. Que yo conozca, los pioneros en este modelo de comercio electrónico fueron en Naranjas Lola (sobra indicar cuál es su oferta). Y una simple búsqueda en Google te da una idea general de las numerosas opciones que hay para comprar naranjas en Internet, animados por el éxito de Lola.

Y es que Internet ha dado la oportunidad a muchas personas de comercializar sus creaciones (ya sean salidas de la tierra, de una fábrica o de su cabeza) en todo el mundo, superando barreras y sobre todo logrando una gran capilaridad en el canal de venta. Ya no es tan necesario un distribuidor que ponga tu producto en el mercado, aunque sí que puede seguir siendo útil para muchas otras actividades (marketing, sobre todo).

De hecho, una de las principales dificultades que veo en el ejemplo de fresonline.com o de las naranjas es conseguir que los clientes repitan, ya que se pierde el -bautizado por mí- "efecto mercado", donde compras cosas que ves y que no ibas a comprar ex proceso. Se tendrán que estrujar el cerebro para darse a conocer y conseguir convertir al cliente en recurrente.

La verdad es que me alegro mucho de que salgan iniciativas como estas y que vayan para adelante. Todo lo que sea eliminar intermediarios que añaden poco valor añadido e incrementan mucho el precio, será bienvenido por los productores y, sobre todo, por los consumidores.

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