Mientras que en España la mafia etarra anuncia, otra vez, una tregua "permanente", y Artur Mas nos amenaza con que si no nos movemos, (¿hacia donde?), nos romperemos, y mientras en Arizona otro asesino solitario la emprende a tiros con una senadora progresista, y en Sudan nace otro estado para proteger a los cristianos de los piadosos musulmanes, mientras todo esto pasa, y el BCE intenta que los "mercados" dejen de morder los culos portugueses y españoles, en Los Angeles hay una feria del consumo electrónico, que me parece muy interesante.
El CES reune este año a 2400 empresas de las que se dedican a poner en la red toda una serie de productos, desde videosalas virtuales a avisadores de falta de movimiento, y desde diseñadores de teclados a proyectores tridimensionales, que representan un mosaico de creatividad y vitalidad, aunque por poner un pero, no dejen de ser productos un poco para "frikis".
Como cuenta la corresponsal de El País en la feria, entre los 2400 expositores, (que son unos cuantos), solo hay cuatro españoles.
Me pregunto si será por el coste del viaje, o por el viejo problema del idioma, o por razones de timidez, porque estoy seguro que en este país, aparte de nacionalistas y sinverguenzas ladrilleros, tiene que haber gente con ideas y con capacidad técnica para realizarlas.
Si no es así, ¿de que sirve tanta universidad?
Me parece que es hora de comenzar a pedir algunas responsabilidades a los que sostienen el tinglado universitario español, ya que no creo que tengamos un problema de raza.
O tal vez si.
Lo digo por las noticias que nos llegan de que el estado español invertirá 200 (¡doscientos!) millones de euros en desplegar redes de banda ancha en aquellas regiones que no sean de interés para los operadores.
Dado que parece que los operadores españoles no están interesados en ninguna región española, propongo que el plan español de lucha contra la brecha digital comience por mi casa, donde a juzgar por la miserable velocidad de bajada de que disponemos, nos estamos quedando en el culo del mundo junto a la región de Darfur (en el Sudán musulmán aunque poblada por cristianos).
Con inversiones de ¡doscientos! millones al año, (cuando harían falta unos cinco mil al año), para desplegar la banda ancha, con una actividad empresarial mínima, y con una universidad embrutecida que no produce ni tan siquiera algaradas callejeras, ¿como no nos van a perseguir los especuladores?
lunes, 10 de enero de 2011
Perplejidades del nuevo año
Publicado por Antonio Cordón a las 18:06
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