lunes, 23 de mayo de 2011

El destino de Sonia Conejero Palero

El Partido Socialista se dio ayer una galleta histórica, o sea de las que hacen época.

Bien merecido se la tenía desde hace tiempo, o sea, desde que decidieron en un funesto congreso poner a un caballerete llamado José Luis Rodriguez, luego ZP, a cargo del partido a fin de que otro candidato, es decir el Sr. Bono, no ganase la elección al cargo de Secretario General y candidato a Presidente de Gobierno.

¿Quien era Rodriguez?

Un diputado de a pie, o sea de esos que votan lo que les dice el jefe de filas cuando toca: si, no, abstención.

Es joven, dijeron las lumbreras del partido, fotogénico, no tiene enemigos, (nadie le conocía), nunca se ha equivocado, (nunca había hablado, ni hecho cosa alguna), demosle una oportunidad.

Rodriguez tenía amiguetes, que le jaleaban: Caldera, (secretario de ayuntamiento de pueblo), Pepiño, (concejal de pueblo), y otros del mismo pelaje, (ralo), socialista de base.

Así que con tal de que no saliese el odiado Bono, triunfó la "tercera vía": Rodriguez.

Desde entonces, Rodriguez ha metido la pata en todo cuanto se podía meter: empezó cabreando a los americanos por una soplapoyez, después se metió a redentor de la ETA, luego de los independentistas catalanes, confesó su barcelonismo militante, se lió a naturalizar a los emigrantes creando un efecto llamada como un tsunami, reventó la seguridad social a base de meter en ella a todo el mundo, (hasta a los ingleses que vienen a España a operarse), dio pensiones a los que no habían contribuido en su vida, se lio a dar primas a las energías renovables hasta crear una burbuja, hizo una ley de asistencia a los enfermos e impedidos que ha hecho que todos los gitanos estén cojos, cuando se cayó el monstruo de la construcción dio a los ladrilleros todos los ahorros de España, y cuando vino la crisis despidió a su ministro de economía y puso a una acólita suya. Después hizo ministra de Sanidad a una especie de horterilla de pueblo llamada Pajín.

Como los españoles no somos muy inteligentes, y el PP tampoco, este partido en vez de hacer una campaña basada en la evidencia de la incapacidad zapateril, se dedicó a hacer manifestaciones antiabortistas en Colón.

Gracias a eso Zapatero repitió.

Ahora, gracias a que Mariano Rajoy ha mantenido el tipo, el PSOE no ha podido contar el cuento del lobo, y los españoles han dado una paliza a ZP y sus acólitos en las costillas de alcaldes y presidentes regionales, que a lo mejor no se lo merecían.

Pero no todo es mohína en la casa socialista.

Ayer Tomas Gómez, otrora glorioso alcalde de Parla, y que es profesor universitario, o sea, en España un señor de talentos dudosos, se dio otro batacazo mas que esperable, dado su tonillo de izquierda mitinera universitaria, que no convence ya ni a los estudiantes de "humanidades", o sea a los parados vocacionales y antisistema.

¿Un batacazo?

Así parecía al ver su carita compungida, pero, ¿de verdad que estaba triste?

Porque el y veintinueve amiguetes suyos, han pasado de ser parados o profesores de alguna universidad del extraradio , a ser diputados regionales por cuatro años, con un sueldo de 5 0 6 mil eurillos al mes, mas cuenta de gastos y otras menudencias.

Gómez, como jefe de la oposición tendrá otras prebendas incluido coche oficial y oficina con jefe de gabinete.

O sea, que no es como para llorar precisamente.

Lo mismo pasa con el lloroso Lizavestky, que ha pasado de ex-cargo y desde luego futuro cesante a corto plazo, a ser concejal del ayuntamiento de Madrid, que seguro tampoco tendrá un mal sueldo.

Y encima sin responsabilidades excepto la de votar no a todo lo que proponga el gobierno de turno, o sea, un chollo.

Estoy seguro que ayer Doña Sonia Conejero Palero, no se muy triste a la cama a pesar de la derrota de su partido.

Ella era la número treinta de la lista de Gómez, y por tanto la que entró por los pelos.

¿Quien es esta señora a la que los madrileños supuestamente hemos elegido?

Ni idea.

Lo que es seguro es que si hubiésemos votado por candidaturas personales y no de partido, esta señora seguiría haciendo lo que hiciese hasta ayer.

Pero Gómez la señaló con su dedo y su destino cambió.

Durante los próximos cuatro años se sentará en un sillón de la Asamblea de Madrid y votará lo que le mande Gómez, o sea, que no, y tal vez igual que pasó con Rodriguez, dentro de cuatro años en un congreso del partido socialista los mandamases comiencen a buscar alguien, que sea atractivo, que no tenga enemigos,....

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