martes, 12 de julio de 2011

En qué país vivimos

Informan los telediarios, y los omnipresentes programas "del corazón" del desenlace judicial de las cuitas de la esposa de un torero, Jesulín de Ubrique, que ha resultado en la condena de esta, una tal Maria José Campanario, de su madre, y de una serie de chorizos rurales, a distintas penas por el delito de fraude al estado y a la Seguridad Social por mas detalles.

La tal Campanario, no satisfecha con vivir de las rentas de lo ganado por su marido en las plazas de toros, había acudido a una red de chorizos rurales, con base en Ubrique -bonito pueblo de la serranía gaditana conocido por sus artesanías sobre cuero-, para que le arreglasen a si misma y a su madre unas pensioncitas para poder tener para gastillos.

Al parecer, la banda de chorizos rurales, medicos, funcionarios, guardias urbanos, etc, te podían conseguir una pensión a cambiuo de unos eurillos de nada.

Y naturalmente, tenían una amplia clientela.

Los programas del corazón, daban gran relevancia al hecho de que el tribunal no había condenado a las susdichas a la carcel, dejando caer que todo había quedado en nada, y no decían que el tribunal ha dado por probados los hechos y que la señora Campanario es una choriza aunque no tenga que ingresar en prisión para cumplir la pena de mas de un año a la que ha sido condenada en firme.

Pero claro, los programas de la matraca sentimental cuidan a los suyos aunque sean chorizos, putas, traficantes de drogas o presuntos homicidas como el torero Ortega Cano que provocó la muerte del conductor del coche contra el que se estampó cuando viajaba con unas copas de mas.

Dado que alguno de estos programas estan en la televisión pública, como el que yo ví, ¿es legal que en una cadena pública se ensalce y se cante a delincuentes y presuntos delincuentes?

La otra cuestión es:

¿Cuantas pensiones se han concedido en Andalucía y Extremadura utilizando los mismos mecanismos?

¿Cuanta gente vive del erario público sin merecerlo, o simplemente de forma fraudulenta?

¿Como no van a dudar de nuestra solvencia los mercados financieros, si vivimos en medio de una inmundicia irrespirable y todavía jaleamos a los delincuentes?

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